La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria de la piel que se manifiesta con lesiones que provocan mucho picor, aunque raramente se infectan. De carácter hereditario, esta dolencia suele asociarse a una piel seca que se irrita con mucha facilidad.
Es necesario un abordaje multiterapéutico que incorpore el manejo a corto plazo de los brotes y las estrategias de tratamiento a largo plazo para prolongar el tiempo entre brotes.
La dermatitis atópica tiene una base inmunológica. Es decir, hay un desequilibrio en las células que mantienen las defensas del organismo, de forma que la persona reacciona de manera exagerada a estímulos ambientales (sustancias que producen alergia o que irritan, gérmenes, estímulos emocionales, sudoración…).
¿Qué síntomas tiene la dermatitis atópica?
La dermatitis atópica es una enfermedad crónica que evoluciona por brotes y, aunque tiende a desaparecer en la primera infancia, puede persistir toda la vida del individuo. El síntoma principal es el prurito (el picor). Es un síntoma universal en todas las formas y en todas las edades. Puede ser lo suficientemente severo como para impedir el descanso nocturno.
Las lesiones típicas de la dermatitis atópica son: piel seca con descamación, vesículas con eritema (enrojecimiento) y exudación que pueden evolucionar hacia la aparición de lesiones secundarias como fisuras, lesiones de rascado y zonas engrosadas.
Tratamiento de la dermatitis atópica
Hay que individualizar las distintas posibilidades para cada paciente e, incluso, para cada brote. El médico irá adaptando el tratamiento a cada situación e irá sopesando las ventajas y los posibles invonvenientes de cada uno. Por ello, es vital que se cree una relación periódica entre el paciente y su médico.
Podemos hablar de realizar un tratamiento específico. En este caso, lo más habitual es utilizar corticoides tópicos que producen una disminución de la inflamación y del picor. Aquí encontramos:
- Corticoides de baja potencia. Se pueden utilizar en cualquier zona de la superficie corporal y a cualquier edad. Pero, siempre, es conveniente acortar el tiempo de uso lo más posible.
- Los corticoides tópicos de alta potencia. Tienen limitaciones en cuanto a su aplicación. No deben utilizarse en la infancia así como en determinadas regiones de la cara, pliegues, las mamas y la región genital. En estas zonas deben utilizarse preparados de un perfil de seguridad más alto.
De manera general, la duración máxima del tratamiento con corticoides tópicos se estima en cuatro semanas. Puede ser menor en zonas extensas o cuanto mayor sea la potencia de estos.
Otros medicamentos como antihistamínicos o antibióticos se reservan para determinadas circunstancias o complicaciones.
Ectoína: principio activo natural
Cuando se padece dermatitis atópica, es imprescindible mantener la hidratación de la piel y restaurar la función de barrera. En este sentido, la ectoína, principio activo natural, tiene una alta capacidad de hidratación en la piel. Además, protege frente a radiaciones ultraviolentas, sequedad y temperaturas extremas. Pero, sobre todo, consigue disminuir el picor y, por tanto, el malestar que provoca este síntoma en los pacientes.
Nuevas evidencias en el tratamiento de la dermatitis atópica
En la actualidad, se ha investigado que numerosas enfermedades están relacionadas con un cambio en la composición de la microbiota intestinal o flora intestinal como, por ejemplo, la dermatitis atópica. Y es que una de las causas de la dermatitis atópica parece radicar en un defecto en la función de barrera de la piel. Este defecto en la función defensiva permite que irritantes y otras sustancias penetren en la piel e induzcan una respuesta inmunológica anómala.