En cuestión de una semana dará comienzo el invierno, más exactamente, el 21 de diciembre.
Y con ello vendrá el frío, la elevación de la humedad ambiental y la calefacción. ¿Y estos factores qué provocan? Entre otras cosas, que la dermatitis atópica en invierno empeore.
¿Por qué afectan las bajas temperaturas a la dermatitis atópica?
Porque las condiciones meteorológicas en esta época del año favorecen el deterioro de la barrera cutánea de los pacientes con dermatitis atópica. Además, empeora en invierno debido a la disminución de la humedad tanto en el exterior como dentro de las casas con calefacción.
Además, el frío hace que la piel esté menos hidratada y acentúa el picor, principal síntoma de la dermatitis atópica.
A no ser que en los meses de más frío nos traslademos a una zona de más calor, debemos adaptarnos al medio y llevar a cabo un conjunto de medidas para conseguir que la dermatitis atópica en invierno nos afecte lo menos posible.
¿Qué es la dermatitis atópica?
Es una enfermedad de elevada prevalencia y amplia distribución en el mundo actual, sobre todo, en los países desarrollados.
Esto se ha convertido en una prioridad de salud. Su inicio suele producirse durante la infancia, atenuándose gradualmente con la edad. La prevalencia de la dermatitis atópica se calcula que entre el 15 y el 30% de los niños sufren la enfermedad. Un 60% es diagnosticado antes del año de edad y un 85% debuta antes de los 5 años de vida.
En las últimas tres décadas se han doblado e incluso triplicado las cifras de pacientes afectados. Es por ello que constituye un importante problema de salud pública a nivel mundial.
La buena noticia, si se puede decir así, es que muchos pacientes pediátricos con dermatitis atópica estarán libres de la enfermedad pasados unos meses o años.
Lesiones elementales
Existen tres tipos de lesiones elementales características en la dermatitis atópica que pueden coexistir en el tiempo en un mismo paciente. La piel del niño, en concreto, presenta una intensa xerosis o piel seca y un prurito o picor intenso.
Estas lesiones son:
- Eccema. Caracterizado por zonas de eritema, edema, vesiculación, exudación y costras.
- Prurigo. Lesiones elevadas como ronchas duras, con costra y que pican mucho.
- Liquenificación. Se produce por el roce continuo o por estar continuamente rascándose la piel.
Consejos para prevenir la aparición de los síntomas de la dermatitis atópica en invierno
Existen ciertas medidas que podemos aplicar para intentar controlar los brotes que se producen por el frío. Y otros, más generales, que debemos realizar todos los días del año. Destacan los siguientes (*):
- Realizar duchas cortas: una vez al día y con agua templada.
- Utilizar jabones suaves, neutros y sin perfume.
- Hidratar la piel a diario, utilizando cremas emolientes.
- Cortar bien las uñas y mantenerlas limpias para evitar infecciones por el rascado.
- Usar ropa de algodón o de fibras naturales.
- Evitar cubrir excesivamente la piel, ya que el calor puede empeorar los síntomas.
- Evitar el uso de detergentes o suavizantes.
- Utilizar guantes para realizar las tareas domésticas.
- En los bebés, cambiar el pañal a menudo para evitar la humedad.
Dermatitis atópica en invierno: prevención complementaria de los brotes con la ayuda de los probióticos
La alta frecuencia de la dermatitis atópica, su aparición en brotes, su cronicidad, su tratamiento en muchos casos controvertido por la utilización o no de corticoides, y el impacto que tiene sobre la calidad de vida de los pacientes más pequeños y de sus familias, hacen que en la última década sea una de las patologías en la que más se está invirtiendo en investigación para intentar mejorar sus posibilidades terapéuticas.
Existen nuevas opciones de tratamiento prometedoras que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Publicaciones recientes confirman que existe una relación fundamental entre el funcionamiento de la barrera intestinal y el origen de la dermatitis atópica. Podemos encontrar, además, estudios realizados en distintos rangos de edad de pacientes afectados por esta patología, en los que se ha demostrado la eficacia de los probióticos para prevenir la aparición de brotes.
Incluso, existen estudios en mujeres embarazadas con atopia que evalúan la eficacia del uso de probióticos en la prevención de esta enfermedad en el hijo.
(*) Fuente: Dra. Natalia Jiménez Gómez, Médico especialista en Dermatología. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Grupo de Dermatología Dr. Pedro Jaén)
