¿Te sientes débil? ¿Te resfrías a menudo? Puede que tengas tu sistema inmunitario debilitado. Pero no son las únicas señales de aviso que lanza nuestro cuerpo para detectarlo.
En primer lugar comenzaremos diciendo que el sistema inmunológico funciona para protegernos de virus y bacterias y ayuda a nuestro cuerpo a reconocer los gérmenes y mantenerlos alejados.
De ahí la importancia de tener un sistema inmunitario fuerte que nos evite problemas de salud.
Causas de un sistema inmunitario debilitado
Existen factores que influyen en la capacidad de reacción del sistema inmunitario, entre los que destacan:
En consecuencia, todos estos factores y causas provocan alteraciones en la salud que pueden localizarse a nivel digestivo: flatulencia, estreñimiento, intolerancias alimentarias, etc. Incluso a otros niveles: dermatitis atópica u obesidad, entre otros.
¿Cómo nos avisa nuestro cuerpo?
Nuestro sistema inmunológico lanza señales de alerta cuando se encuentra débil y no consigue defendernos ante las amenazas de elementos extraños. Entre ellas destacamos:
- Sufrir infecciones frecuentes de orina.
- Tener episodios frecuentes de diarrea.
- Por el contrario, tener episodios de estreñimiento.
- Padecer gripes y resfriados muy a menudo.
- Sufrir dolores de cabeza constantes.
- Dolor muscular y articular sin razón aparente.
- Sentirse siempre cansado y agotado.
¿Cómo reforzar el sistema inmunitario?
Existen una serie de medidas que pueden ayudar a reforzar el sistema inmunitario.
- Una dieta equilibrada rica en fibra y polifenoles, evitando productos irritantes, refinados y procesados. La fibra es importante porque tiene un efecto prebiótico por lo que favorece el desarrollo de las bacterias probióticas.
- Evaluar el estado de ánimo y el estrés. La exposición a situaciones de estrés no es en sí misma algo «malo» o que conlleve a efectos necesariamente negativos. Solo cuando las respuestas de estrés son excesivamente intensas, frecuentes y duraderas pueden producirse diversos trastornos en el organismo. Las técnicas de relajación y de control del estrés mejoran la función defensiva. Por supuesto, un descanso adecuado y un sueño reparador son imprescindibles para conseguir esto.
- Aporte adecuado de vitamina B6 y zinc.
- Mantener una hidratación adecuada.
- Se debe suprimir las bebidas excitantes (café, té, alcohol) y también el tabaco.
- Se debe disminuir el consumo de fármacos.
- Ejercicio. La actividad física ha estado asociada a la salud de las personas desde la antigüedad. Numerosas organizaciones sanitarias recomiendan a los médicos que prescriban ejercicio físico a sus pacientes. Diversos gobiernos de países desarrollados han incluido el ejercicio físico en los programas de promoción de la salud realizados por los servicios de salud pública. Y es que se ha demostrado que el aumento de la actividad física aumenta la actividad de los leucocitos y por otra parte, el aumento de la temperatura corporal que produce el ejercicio, dificulta el crecimiento bacteriano.
Uso de probióticos
Para proteger nuestro sistema inmunitario puede ser de utilidad el uso de probióticos.
Y es que, actualmente, determinadas investigaciones han arrojado datos muy interesantes sobre el papel de determinadas bacterias (probióticos) en el desarrollo del sistema inmunitario. Igualmente, su posible uso en determinadas patologías, como ciertas alergias o alteraciones metabólicas.
De hecho, se ha descrito que el suministro de algunas cepas de lactobacilos puede reducir el riesgo de aparición de síntomas asociados a infecciones del tracto respiratorio, tanto en adultos como en niños.
Algunos estudios demuestran un posible efecto de los probióticos sobre el número de episodios de proceso infecciosos, mientras que otros lo hacen sobre los síntomas.
Esto se debe a que ciertas bacterias probióticas desempeñarán a partir de este momento un papel fundamental en el desarrollo del sistema inmune, tanto en la función de tolerancia como en la defensiva, pues serán capaces de inhibir el desarrollo y crecimiento de bacterias patógenas en el intestino.
Cada vez sabemos más del papel de la microbiota en el estado de salud general del paciente y en el desarrollo y funcionamiento del sistema inmune.
De hecho, la investigación va arrojando nuevos datos sobre la acción de determinadas cepas probióticas sobre la respuesta inmunológica.
Probablemente, en muy poco tiempo, el uso de los probióticos en patologías que cursen con diferentes alteraciones del sistema inmune será algo habitual.
Actualmente ya se están utilizando con éxito en patologías como dermatitis atópica, celiaquía o como refuerzo inmunitario.
