La piel seca es una condición en que la piel se muestra agrietada, áspera, rugosa, envejecida y menos elástica. Normalmente, la edad aumenta las probabilidades de tener la piel seca. Sin embargo, otros factores o malos hábitos como fumar, pueden hacer que nuestra piel se vuelva más rígida y áspera. El clima, la polución, la ropa o los cambios bruscos de temperatura son ejemplo de estos factores desencadenantes.
Importancia de la filagrina en la piel
La piel es el mayor órgano del cuerpo del cuerpo humano. Actúa como barrera protectora. Además se convierte en el sistema de comunicación con el entorno. Tenemos que tener claro que la piel actúa como una barrera entre el medio externo y el interno. Nos protege de los agentes agresores externos. Interviene regulando la temperatura corporal. Pero, además, ejerce un equilibrio en la eliminación de sustancias y en la pérdida de agua.
La piel tiene la capacidad de retener agua gracias a una proteína denominada filagrina. La filagrina es una proteína esencial en la formación adecuada de la queratina de la epidermis. De hecho, personas con defectos genéticos en esta proteína (filagrina) presentan una tendencia a la sequedad cutánea.
¿Por qué tengo la piel seca?
La piel se ve dañada en numerosas situaciones y pueden provocar pérdida de agua, lo que produce piel seca.
- Demasiada higiene. Sí, la higiene es importante, pero lavarse continuamente con productos puede contribuir a eliminar los lípidos naturales de la piel.
- Tabaquismo.
- Dieta inadecuada y abuso de medicamentos. Incluimos diuréticos, laxantes, corticoides tópicos o retinoides.
- Exposición al sol. Hacerlo de manera excesiva, puede contribuir a que la piel se reseque. Es recomendable utilizar protectores solares adecuados.
- Detergentes o disolventes.
- No beber suficiente agua.
Cuidados básicos de la piel: primera estrategia
Los cuidados básicos de la piel son la primera estrategia para proteger y prevenir la piel seca. El uso de humectantes y de jabones con pH ácido está muy indicado.
- Alimentación variada y rica en frutas y verduras. Los minerales que proporcionan estos alimentos, junto a su alto contenido en vitaminas A, B, C y D aportan la cantidad necesaria para mantener una piel sana.
- Ejercicio físico. Favorece la vasodilatación con la consiguiente mejoría de la irrigación sanguínea cutánea. Ello contribuye, por tanto, a tener una piel más hidratada.
- Usar prendas suaves, naturales y no ajustadas. Con ello se intenta evitar la irritación de la piel.
- Uso de emolientes. Es uno de los pilares básicos en el tratamiento de la piel seca. Deben ser empleados, al menos, dos veces al día en toda la superficie cutánea y en cantidad suficiente. También, después del baño, consiguen disminuir la sequedad cutánea.
- Cremas con contenido a base de ectoína. La ectoína ha demostrado tener capacidad regeneradora del daño causado por las agresiones externas a la piel. Su capacidad de atracción de moléculas de agua es muy superior a la de otros componentes, favoreciendo así la hidratación de la piel.
Precauciones para reducir la piel seca
Además de las rutinas que hemos comentado anteriormente, se hace necesario tomar una serie de precauciones que evitarán tener la piel seca y la necesidad de tratamiento. Destacamos:
- Evitar el aire seco. Si estamos en el interior, y está puesta la calefacción, lo más conveniente es utilizar un humidificador. Si vamos a salir, sería conveniente evitar el clima más cálido o árido.
- Evitar el agua muy caliente en la ducha. Es conveniente realizar duchas rápidas con agua templada.
- Guantes. Es la mejor recomendación a la hora de fregar platos o realizar cualquier tarea del hogar para evitar el contacto con detergentes fuertes.
- Utilizar ropa con fibras naturales, especialmente de algodón o seda.
- A la hora de lavar la ropa, mejor utilizar detergentes que estén libre de tintes o perfumes.
