La alergia, de forma general, es definida como la respuesta exagerada que presentan determinadas personas más susceptibles frente a un determinado agente externo denominado alérgeno que predomina especialmente en determinadas épocas del año. Por ello, las reacciones alérgicas en otoño también son frecuentes.
Estacionalidad de las alergias
Es una realidad que las temperaturas en otoño e invierno se están suavizando. Además, es evidente el efecto invernadero que se produce en las grandes ciudades debido a la contaminación ambiental.
Estos dos factores han provocado un aumento en la incidencia de la alergia a pólenes en otoño. En concreto, los del ciprés y arizónicas. Algo que era excepcional hace dos o tres décadas. Y si estos dos factores fueran poco, se le suma la contaminación. Las partículas de los motores diésel potencian la alergenicidad de determinados pólenes.
Pero además de todo ello, hay muchas plantas cuya actividad polinizadora se produce en otoño e incluso invierno. Hablamos por ejemplo de la artemisa, con un polen muy alergénico y que se encuentra en caminos y carreteras.
Factores que pueden provocar la aparición de reacciones alérgicas en otoño
Existen numerosos factores que pueden provocar alergias en otoño, nos referimos a:
- Durante el otoño no es raro observar una agudización de los síntomas de la alergia debido a infecciones muy frecuentes en este periodo como la gripe y el resfriado. Las que se suelen producir son más las de tipo vírico que pueden empeorar los síntomas alérgicos.
- La disminución de las temperaturas y la utilización en algunos hogares de la calefacción provocan un ambiente más seco. Esta siación es ideal para la aparición de ácaros.
- Cambios en la dieta provocados por la vuelta al colegio y a la rutina diaria tras el verano. Se produce un aumento de la exposición a alérgenos nuevos.
- La ausencia o disminución de la medicación antialérgica durante la época estival y que resulta difícil retomarla de nuevo.
- En algunos lugares durante el otoño, además de frío puede incrementarse el grado de humedad. Ello conlleva la aparición de moho. Aunque está presente todo el año, es durante esta época cuando aumenta su aparición.
Reacciones alérgicas más comunes en otoño
Entre los trastornos alérgicos que pueden aparecer durante la época otoñal están:
- Rinosinusitis alérgica. Consiste en la inflamación de la mucosa que tapiza las fosas nasales y los senos paranasales. Suele ser producida por polvo en la habitación, ácaros, polen (árboles de hoja caduca), hongos, alimentos, pelos de animales, etc. La Rinitis alérgica (RA) es una enfermedad muy frecuente.
- Asma extrínseco (alérgico). Es secundario a alérgenos como ácaros, pólenes, epitelios de animales, hongos, o alimentos. Es el tipo de asma más frecuente.
- Alergias a alimentos. Es durante esta época cuando se observan incremento de la exposición a alérgenos de origen alimentario debido a la vuelta al cole, al aumento del contacto con nuevos alimentos que se toman fuera del hogar habitual, etc.
- Alergias a animales, hongos y ácaros. La bajada de las temperaturas provoca que permanezcamos más tiempo en casa, y que, por ello, sea más probable que aparezcan alergias a los epitelios y pelos animales. También durante este periodo otoñal es habitual la alergia a hongos y ácaros.
- Dermatitis atópica. La utilización de vestimenta de abrigo con fibras como la lana, junto con el frío, utilización de calefacción, cambios bruscos de temperatura, etc. pueden provocar nuevos brotes de dermatitis atópica.
Síntomas de la alergia en otoño
Una reacción alérgica puede manifestarse de distintas maneras y la intensidad puede variar entre las personas. En esta época del año se puede confundir con un catarro o resfriado, ya que los síntomas pueden ser parecidos.
- Rinitis. Entre los signos de la rinitis destaca el picor en la nariz, la rinorrea, estornudos y obstrucción en la nariz.
- Conjuntivitis. Va acompañada de la anterior y se suele hablar de rinoconjuntivitis alérgica. Suele evolucionar en función del tiempo atmosférico, como el resto de síntomas. Este picor de ojos suele mejorar cuando llueve.
- Tos. Puede sonar como la tos de los asmáticos, que es de carácter espasmódico.
- Asma. Afecta a los bronquios y se manifiesta a través de la tos, sibilancias y molestias respiratorias.
Al ser la sintomatología muy similar a la producida por los catarros, tenemos que decir que, generalmente, en los cuadros víricos no se suele producir conjuntivitis y puede presentar fiebre.
Por su parte, cuando un paciente sufre esta sintomatología rinoconjuntival, principalmente durante los días soleados, con mejoría los días de lluvia y empeoramiento con viento, es muy probable que sufra alergia en los meses de otoño.
Tratamiento de la alergia en otoño
El tratamiento debe ser individualizado a cada caso y se debe acudir al médico ante la sospecha de una alergia.
Teniendo en cuenta que la bajada de temperatura, el aumento de la humedad ambiental, y un mayor tiempo de estancia en los hogares con una menor ventilación en los mismos son algunos de los principales factores de aparición de alergias en otoño, hay una serie de recomendaciones generales que pueden ser muy útiles para aliviar la alergia:
- Evitar los cambios bruscos de temperatura.
- Evitar el tabaco y el alcohol.
- Realizar lavados nasales usando soluciones salinas.
- Utilizar aspirador nasal (niños). Extraen las secreciones, mejorando la congestión.
- Mantener la hidratación adecuada. El agua es un buen fluidificante porque favorece la eliminación de secreciones y flemas evitando su acumulación
- Evitar el contacto con polvo y mantener limpias las habitaciones. Evitar la exposición prolongada en zonas con árboles de hoja caduca u otras plantas cuyo periodo de polinización tiene lugar en otoño.
- Es recomendable utilizar una mayor ventilación de las habitaciones.
- Evitar las temperaturas elevadas debido a la calefacción o aire acondicionado, limpiando los filtros de este, de forma frecuente.
- Revisar los alimentos que alguna ocasión han podido causar alergia sobre todo a niños en los comedores de la escuela.
- Mantener el ambiente húmedo. Ayuda a hidratar la nariz y las vías respiratorias facilitando la eliminación de las secreciones, pero teniendo en cuenta que en las rinitis alérgicas a hongos y ácaros, el exceso de humedad es contraproducente.
- Elevar la cama. Mejora la congestión nasal, ya que, se evita el acúmulo de las secreciones en los senos paranasales.
¿Cuál es el mejor tratamiento?
El tratamiento habitual de la rinitis alérgica suele ser sintomático. El objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas, en particular, el exceso de mucosidad acumulada en la nariz y la sensación de nariz taponada.
Habitualmente como medidas generales se utilizan los lavados con suero salino fisiológico o soluciones salinas hipertónicas que movilizan las secreciones. Otros tratamientos utilizados bajo prescripción médica incluyen los descongestionantes nasales, antihistamínicos, corticoides intranasales y orales, etc.
Los descongestionantes nasales se deben usar por periodos muy cortos de tiempo ya que pueden producir con bastante frecuencia efecto rebote aumentando la congestión.
Actualmente existen en el mercado algunos productos por vía intranasal cuyos componentes son de origen natural (ejemplo Chitosan vegetal) que tienen como propiedades más importantes la acción mucolítica y protectora de la mucosa nasal, a la vez que hidratante.
Estos productos son efectivos en todos los casos que exista un exceso de mucosidad nasal, como cuando tenemos una rinitis, ya que favorece la eliminación rápida y eficaz de la mucosidad, disminuyendo la viscosidad del moco al poco tiempo de su administración.
La mayoría de estos productos de origen natural, no presentan efectos secundarios y son adecuados para todo tipo de pacientes con rinitis alérgica, siendo muy útiles a la hora de prevenir su aparición.
¿Cómo evitar la alergia?
En esta ocasión, hablamos de evitar los síntomas que se producen en otoño, con alergias a las plantas de estos meses y al polvo. Es muy recomendable seguir y aplicar una serie de medidas higiénicas. Algo básico y fundamental: evitar la exposición a lo que nos provoca la alergia. Pero hay más medidas:
Ácaros:
- Ventilar adecuadamente la casa. Además, mantenerla a temperatura baja y seca.
- Evitar acumulación de polvo en cortinas, sofás, cojines y almohadas.
- Evitar juguetes rellenos o peluches en el dormitorio.
- Utilizar aspirador y trapos húmedos para la limpieza doméstica. Es importante evitar alfombrados y moquetas.
- Es recomendable cubrir los colchones con fundas antiácaros.
Pólenes en otoño:
- Si utilizas aire acondicionado, procura que tenga filtros especiales.
- En horas de sol y por la noche, mejor con la ventana cerrada.
- Evita los paseos por parques y jardines. Procura evitar las actividades al aire libre, aunque el tiempo acompañe.
- Protege los ojos con gafas de sol.
- Procura no utilizar la moto para tus desplazamientos. Si lo haces en coche, que sea con las ventanillas cerradas.
Referencias
• González, D. M. S., Morales, A. L. G., & Ayala, L. P. F. (2021). Perfil estacional en adultos con rinitis alérgica en una unidad de medicina familiar. Atención Familiar, 28(2), 106-110.
• Colom, L. P., & del Pino, M. A. N. (2016). Nuevas perspectivas en el tratamiento de la rinitis alérgica. Nuevas fronteras en el tratamiento de las enfermedades alérgicas respiratorias, 23-42.
• Díaz, J. M. Rinitis alérgica: visión general.
