¡Pues sí! Tengo síntomas de colesterol alto o eso creo yo… Tal es el bombardeo en la radio, televisión y redes sociales que tengo la sensación de que cuando se habla de colesterol, se está hablando del mismo diablo.
Pero ¿realmente el colesterol es tan horrible como lo pintan?
Se está imponiendo la creencia errónea de que el colesterol es sumamente malo para la salud, cuando en realidad nos encontramos ante un elemento fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, siempre y cuando se tengan unos valores normales.
El colesterol es fundamental para nuestro organismo, de manera que no podríamos vivir sin este lípido imprescindible para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo.
Pero cuando los niveles son más elevados de lo recomendado se convierte en un riesgo para nuestra salud.
¿Qué es el colesterol?
El colesterol es un tipo de grasa o lípido, el cual participa en un gran número de procesos fisiológicos importantes.
Es considerado como una molécula fundamental tanto para nuestro organismo como para nuestra propia salud en sí misma.
Se trata, por tanto, de una sustancia que encontramos de forma natural en nuestro organismo.
Siendo en el hígado, cerebro, páncreas y la médula espinal donde se localizan las mayores concentraciones.
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¿Cómo se produce?
Existen dos formas por medio de las cuales se produce el colesterol.
El hígado y otras células producen casi el 75% del colesterol en sangre y el otro 25% proviene de los alimentos que se consumen.
El colesterol es producido por el organismo de forma natural, pero existe la posibilidad de heredar ciertos genes que causan una producción excesiva del mismo.
Por otro lado, el consumo de alimentos con concentraciones elevadas de grasas saturadas y grasas trans pueden también provocar un aumento de los niveles de colesterol.
Y los triglicéridos, ¿por qué son importantes?
Tanto el colesterol como los triglicéridos son sustancias que forman parte de los llamados lípidos.
Sin embargo, los triglicéridos son un tipo de lípido diferente al colesterol. Los triglicéridos se queman para obtener energía.
Los triglicéridos se pueden definir como las reservas de energía de nuestro cuerpo, es decir, no se eliminan, solo se utilizan o se almacenan en forma de grasa.
Por el contrario, una pequeña parte del colesterol se elimina a través de las sales biliares en las heces.
Tanto el colesterol como los triglicéridos pueden ser fabricados por nuestro organismo, concretamente, por el hígado que es capaz de transformar el exceso de calorías (grasa, hidratos de carbono, alcohol…) en triglicéridos. Los dos también pueden ser ingeridos a través de la dieta, sobre todo, por el consumo de productos de origen animal.
Nuestro organismo es capaz de crear y almacenar los triglicéridos a partir de un consumo excesivo de azúcares, cereales o harinas refinadas.
Ambos no son solubles en la sangre y no pueden circular libres por el torrente sanguíneo.
Para hacerlo, necesitan unirse a unas proteínas (esto lo hacen en el hígado) formando lipoproteínas que pasan a la circulación y se distribuyen por los diferentes tejidos para ser utilizados o guardados para su uso a posteriori.
Colesterol malo, colesterol bueno… ¿Existen diferentes tipos de colesterol?
Realmente existen diferentes tipos de lipoproteínas:
- Quilomicrones: transportan los lípidos obtenidos en la dieta hacia el hígado. Los triglicéridos pueden representar hasta un 98% de su totalidad. Son las precursoras de las VLDL.
- VLDL (lipoproteínas de muy baja densidad): transportan, sobre todo, triglicéridos desde el hígado al tejido adiposo y muscular. Tiene un alto contenido de triglicéridos y son muy pegajosas, por lo que tendrá una gran capacidad para adherirse a las paredes de las arterias y formar placas de grasa en mayor cantidad.
- LDL (lipoproteínas de baja densidad): transportan colesterol a las células facilitando la incorporación del colesterol al cuerpo. Es por esto por lo que se denomina “colesterol malo”.
- HDL (lipoproteínas de alta densidad): transportan colesterol al hígado donde pasan a formar parte de las sales biliares. Luego la bilis pasa al intestino, donde cumple la función de emulsionar las grasas procedentes de la dieta. Se conoce como “colesterol bueno” ya que ayudan a eliminar el colesterol, evitando la acumulación de grasa y la formación de ateromas.
Los niveles adecuados de colesterol ¿qué funciones tiene?
El colesterol tiene funciones primordiales para el organismo:
- Es la materia prima para la formación de las hormonas esteroideas como los estrógenos o la testosterona.
- Participa en la formación de células nuevas y es fundamental para la reparación de las células, al convertirse en un importante componente de la membrana celular.
- Es antioxidante, concretamente el HDL, lo que ayuda a reducir la acción negativa de los radicales libres, directamente relacionados con el envejecimiento prematuro.
- Forma parte de las sales biliares, fundamentales para una digestión correcta.
- Ayuda a la fabricación de vitamina D que es imprescindible en el metabolismo del calcio, entre otras funciones.
¿Qué síntomas puedo tener si tengo el colesterol alto?
Los niveles elevados pueden provocar que se depositen placas en las arterias y obstruir la circulación normal de la sangre lo que puede llevar a problemas cardiovasculares.
Es posible que no se perciban síntomas físicos hasta el momento en que aparece la alteración cardiovascular, pero otras veces pueden aparecer síntomas como:
- Extremidades hinchadas
- Halitosis, boca pastosa y seca
- Indigestión y pesadez de estómago
- Problemas en el ritmo intestinal
- Dolores de cabeza y mareos
- Aparición de urticaria
- Dolor en el pecho
- Visión borrosa
Tanto para su prevención como para su tratamiento, seguir una dieta sana y equilibrada e incorporar ejercicio moderado en el día a día puede ayudar a mantener el colesterol controlado sin necesidad de medicación.
No obstante, cuando estas medidas no son suficientes, el médico puede pautar medicamentos específicos para ello.
No todos los fármacos son iguales, ni todos los pacientes responden igual ni presentan los mismos efectos secundarios.
En esos casos, se pueden incorporar complementos alimenticios con arroz de levadura roja, cepas probióticas específicas, bergamota, vitaminas y minerales que contribuyen a disminuir los niveles elevados de colesterol.
Ni muy alto, ni muy bajo, en el equilibrio está la virtud.
BIBLIOGRAFIA
https://www.fbbva.es/microsites/salud_cardio/mult/fbbva_libroCorazon_cap13.pdf
