El día mundial del sueño es una celebración anual en el que se tratan temas relacionados con los trastornos del sueño. Se celebra el viernes antes del equinoccio de primavera. Por tanto, este año se celebra el viernes 13 de marzo.
Dada la importancia de los trastornos del sueño, se conmemora este día por parte de los profesionales y expertos en la materia, para dar a conocer la importancia en la prevención, así como los posibles tratamientos de un “mal” que afecta a un gran número de personas en el mundo.
¡Celebra el día mundial del sueño!
Lo mejor para celebrar el día mundial del sueño es llevar a la práctica todos los consejos saludables que se promocionan este día y que deben ser básicos el resto del año. Porque disfrutar de un sueño reparador es una de las claves para mantenernos jóvenes y sanos durante muchos años más.
No duermo bien y no tengo un sueño reparador
En el día mundial del sueño se hace mucho hincapié en los beneficios que dormir tiene para la salud. Junto a una buena alimentación y ejercicio, es uno de los pilares de la salud y es fundamental para sentirse bien.
Nuestra calidad de vida mejoraría sustancialmente si dedicáramos el tiempo suficiente a tener un sueño de calidad.
Sin embargo, el día a día que vivimos actualmente, consigue que la mayoría de personas no logren descansar la cantidad de horas que se requieren para tener un sueño reparador. Y ello, trae como consecuencias, daños irreparables a la salud en un alto porcentaje de personas en el mundo.
¿Por qué no consigo dormir?
Hay muchos factores que intervienen en la aparición y mantenimiento del insomnio. Entre los más importantes destacan los factores psicológicos, como la tendencia a dar vueltas a las cosas, el estrés o, incluso, el miedo a no dormir.
Pero también existen factores hereditarios o familiares o factores socio-laborales que pueden influir en la aparición del insomnio.
¿Qué consecuencias tiene no dormir lo suficiente?
No solo se trata de dormir bien sino también tener un sueño reparador. Hoy en día no dormimos lo que deberíamos. La televisión, móvil, tablets, estrés o videojuegos nos quitan horas de sueño.
Las consecuencias de no dormir bien y durante las horas suficientes, pueden ser múltiples, como la aparición de falta de energía, cansancio, ansiedad, somnolencia durante el día, poca capacidad para concentrarse, lentitud de respuesta o falta de reflejos. Además puede aparecer dolor de cabeza o mareo como consecuencia de la falta de sueño.
Al no poder disfrutar de un sueño de calidad, lo más probable es que nuestro cuerpo comience a experimentar una serie de cambios y alteraciones. Entre estos se encuentran los trastornos en el sistema nervioso, endocrino e inmunológico que conllevarán a otras complicaciones más graves y asociadas a las llamadas enfermedades degenerativas.
Estado de ánimo y salud
Los trastornos del sueño y, en concreto el insomnio, tienen unas consecuencias físicas y emocionales en la persona que lo sufre. De hecho, el insomnio se asocia a la fatiga diurna y alteraciones en el humor. Podemos decir, por tanto, que la falta de sueño afecta al estado de ánimo.
Además puede provocar irritabilidad, tensión, indefensión, escaso nivel de concentración e, incluso, disminución del nivel de la calidad de vida. De hecho, una persona que no duerme bien empieza su día con poca capacidad para el estudio, el trabajo o el desempeño físico, se presenta decaída, malhumorada, desconcentrada e irritable.
La falta de sueño está vinculada con la obesidad, las enfermedades metabólicas como la diabetes y los problemas cardiacos. Los pacientes con insomnio suelen presentar quejas sintomáticas, típicamente gastrointestinales, respiratorias, dolores de cabeza y dolores no específicos.
Beneficios de dormir bien
Las personas con un sueño profundo y sin interrupciones experimentan tasas más bajas de hipertensión arterial, diabetes, obesidad y otras enfermedades crónicas.
Entre otros beneficios, destacamos:
- Memoria y creatividad. Una duración del sueño se asocia con una mejor retención de la información. Y es que el tiempo que pasamos durmiendo ha dejado de ser “una pérdida de tiempo” a un período fundamental para el buen funcionamiento de cada individuo. De hecho, mientras dormimos, los procesos de aprendizaje y memoria se consolidan. Conseguimos reorganizar la información y extraer datos más relevantes.
- Antienvejecimiento. Sí. Dormir bien es un eficaz tratamiento de belleza. Si la persona duerme bien por la noche resultan más atractiva y más saludable.
- Contra la obesidad. El descanso nocturno afecta al peso y al índice de masa corporal.
¿Qué puedo hacer para dormir mejor?
Los tratamientos habituales son las medidas de higiene del sueño, que hablaremos a continuación, las intervenciones psicológicas y las farmacológicas.
En cuanto a las intervenciones psicológicas están orientadas al manejo y modificación de pensamientos y de conductas que mantienen el insomnio y sus consecuencias.
En cuanto a las farmacológicas o a la medicación, los hipnóticos son los más utilizados, pero deben utilizarse durante el menor tiempo posible debido a sus efectos secundarios. Por ello, la fitoterapia, como la valeriana o la melisa, es también muy utilizada para regular el sueño. La valeriana induce y mejora la calidad del sueño, reduce la frecuencia de los despertares y la actividad motora nocturna. Se utiliza tradicionalmente para estados de irritabilidad, ansiedad, nerviosismo e insomnio.
Por su parte, la melatonina, por su parte, es una de las posibilidades terapéuticas de primera elección en las alteraciones del sueño como el insomnio. Se podría decir que hace que el paciente se duerma antes y que además su sueño sea de mayor calidad, más reparador. Y, por ello, se convierte en una opción terapéutica eficaz, segura y tolerable.
Higiene del sueño: necesidad para alcanzar un sueño saludable
Los problemas del sueño son una preocupación creciente para la salud pública mundial.
La falta de sueño se asocia con daños en la motivación, la emoción y el funcionamiento cognitivo.
Además de a un mayor riesgo de enfermedades graves como, por ejemplo, diabetes o las enfermedades cardiovasculares. Por ello, es necesario seguir una serie de normas básicas de higiene del sueño como:
Entorno ambiental
- Evitar el uso de dispositivos electrónicos con emisión de luz, al menos, dos horas antes de ir a dormir.
- Dormir en oscuridad, sin dejar luz o la televisión encendidas. Y asegurarse que el ambiente para dormir sea silencioso.
- Mantener la temperatura de la habitación entre 18 y 21º.
- Elegir un colchón ni demasiado duro ni demasiado blando.
- Evitar almohadas altas y de plumas.
- Mantener la habitación limpia y ordenada.
Buenos hábitos
- Horarios regulares.
- Mayor exposición a la luz solar.
- Mayor grado de actividad física durante el día.
- Limita la siesta a un máximo de media hora tras la comida. Y evítala si encuentras mayor dificultad para dormir por la noche.
- Evita ingerir líquidos antes de ir a acostarte.
- Mantén un horario regular de comidas. Evita las cenas copiosas.
- Evita el consumo de cafeína y productos que producen flatulencia, acidez o reflujo.
- Evita el consumo de alcohol.
- Lleva a cabo ciertas rutinas de desconexión y relajación antes de ir a acostarte. Un ejemplo puede ser darte una ducha, leer un libro o preparar la ropa para el día siguiente.
- Realiza ejercicio de manera regular.
