Entre el cuarto y el sexto mes de vida, a los niños empiezan a salirle los dientes, se le inflaman las encías, los niños lloran, aumenta el babeo, salivan mucho más y están más inquietos. Los padres, sobre todo los primerizos, acuden a consulta porque no saben qué les pasa y mucho menos cómo actuar en estos casos. Es uno de los motivos más habituales de consulta: los padres suelen estar bastante más inquietos que los niños y se preocupan en exceso creyendo que están enfermos.
Entonces, ¿cómo podemos ayudarles?
- Darles objetos fríos para masticar. Colocar una toalla de tela húmeda en una bolsa de plástico limpia en el frigorífico o también un mordedor frío, les calma el dolor de encías.
- Limpiar la cara de las babas para evitar las irritaciones
- Frotar las encías con algo húmedo.
