La lumbalgia es cualquier proceso doloroso localizado en la zona del dorso, entre las últimas costillas y los pliegues glúteos, con o sin irradiación a extremidades inferiores. Constituye una de las causas más importantes de morbilidad aguda y un motivo muy frecuente de consulta y de absentismo laboral.
Se habla de lumbalgia específica cuando existe una causa específica que provoca el dolor; y hablamos de lumbalgia inespecífica cuando no existe ningún dato de alarma que pueda orientarnos hacia una causa definida de lumbalgia, como enfermedad sistemática, fracturas o traumatismos previos. De hecho, son las más frecuentes (el 80%).
Lumbalgia específica
Supone un 20% de los casos, siendo posible en el 15% identificar una causa locorregional específica: hernia discal y fracturas osteoporóticas (que son las dos causas más frecuentes), estenosis de canal, espondiloartropatía inflamatoria, etc. En el 5% restante, se debe a una patología grave, como tumores malignos primarios o secundarios, infecciones, abscesos, aneurisma abdominal…
Lumbalgia inespecífica
Es un proceso benigno y autolimitado ya que tiende a resolverse en 4-6 semanas, y son las más frecuentes (80%). En este caso, el dolor es de origen mecánico o postural, e incluye procesos degenerativos.
La prevalencia de la lumbalgia está aumentando debido fundamentalmente al envejecimiento poblacional. Existe una prevalencia puntual de lumbalgia en un 14,8% de la población española. La lumbalgia crónica está presente en el 7,7%, siendo la probabilidad de padecer dolor de espalda de hasta un 45% de la población en el plazo de 6 meses. Hasta un 80% de la población general va a presentar dolor lumbar en algún momento de su vida.
