Con el calor llegan las vacaciones, y es momento de pensar en organizar las actividades de los niños. A la hora de conciliar la vida familiar, los campamentos de verano se han convertido en una estupenda opción para el ocio de los niños durante estos meses. Los niños son quienes más disfrutan de esta experiencia, pero para los padres es también un motivo de preocupación. Los niños están en un entorno diferente, cambios de rutinas y viajes, en los que pueden surgir pequeños accidentes con nuestros hijos o puede que se pongan enfermos.
Es importante conocer los riesgos e identificarlos y que ellos sepan valorar los principales “peligros” en esta época estival:
- Al estar mucho tiempo al aire libre, tenemos que proteger la piel de los más pequeños. Hay que elegir protectores solares con un elevado filtro y que resista la acción del agua. Y debe aplicarse varias veces a lo largo de la jornada para que sea efectivo.
- Las picaduras de mosquitos. Sería bueno que utilizaran un repelente adecuado para su edad, y que no tenga productos tóxicos.
- Si finalmente nuestros hijos han recibido la picadura, hay que aliviarse el picor que produce con alguna crema. Hay que evitar que se rasquen y se puedan hacer heridas.
- Los cambios de horario y de rutina pueden provocar alteraciones gastrointestinales.
- Los viajes largos pueden provocar mareos en los niños. Puede ayudar a los niños entretenerles en el coche, como poner música o proponer juegos. Se debe evitar que coman durante el trayecto.
- Durante el periodo estival, los niños tienen mayor actividad física y, al estar más tiempo al aire libre, están más expuestos a golpes y caídas.
