La incidencia del catarro en hombres y en mujeres es ligeramente superior en estas últimas. Además, sufren los síntomas de forma más acusada en la garganta debido a que tienen la laringe más sensible. Por tanto, encontrar soluciones para aliviar los síntomas es necesario. Por eso hablaremos a continuación del própolis.
Según algunos estudios, el 58% de las personas se resfría una o dos veces al año y el 25% de tres a cuatro veces.
Por edad, los jóvenes de hasta 30 años son los que más procesos catarrales o gripales tienen al año. Suele ser un segmento poblacional con mucha actividad: salen más y, por tanto, sufren más cambios bruscos de temperatura.
…Ha llegado el frío
Con la llegada de las primeras heladas, el frío es responsable de la llegada de los primeros resfriados y gripes. Al principio se pensaba que solo influía eso: el frío. sin embargo, hay varios estudios que indican que las bajas temperaturas por sí mismas no pueden hacer que los virus se hagan más resistentes. El catarro o resfriado común está producido por diferentes tipos de virus. Son rinovirus, adenovirus e, incluso, por algunos tipos de coronavirus.
En cambio, la gripe se debe a la infección por el virus de la influenza. Lo que ocurre con las bajas temperaturas es que la mucosa de la nariz se seca, se hace más frágil y por eso funciona peor como barrera, para la entrada de estos virus.
Por otro lado, los virus tienen una cubierta lipídica que con el frío se hace más resistente. Además, el descenso de la temperatura corporal también influye en el buen funcionamiento del sistema inmunológico.
A todo esto, se añade que cuando bajan las temperaturas pasamos más tiempo en espacios cerrados con otras personas y eso siempre favorece la circulación de estos virus que se propagan por vía aérea de persona a persona. Esto es igual tanto para los catarros comunes como para la gripe, pero la gripe llega más tarde: en enero o febrero, aunque algunos años se adelanta a finales de diciembre.
Realmente no es el frío el que afecta directamente, sino que las bajas temperaturas provocan una serie de situaciones que son las que causan que los virus que se transmiten por vía respiratoria nos afecten más.
La gripe es una enfermedad de las vías respiratorias bajas y que se caracteriza por fiebre o escalofríos, malestar general o tos. En cambio, el resto de los virus respiratorios suelen producir una infección respiratoria alta dando lugar a congestión nasal, estornudos, un poquito de dolor de cabeza, algunas décimas de fiebre y dolor de garganta.
¿Qué es el própolis?
El propóleo o própolis es uno de los productos de origen natural que pueden contribuir al alivio de los síntomas de la gripe y el resfriado.
Es una sustancia resinosa, balsámica, de color amarillo pardo, verde pardo, castaño o incluso negro, dependiendo de su origen botánico que tiene un sabor fuerte, frecuentemente amargo, de olor agradable y muy aromático.
El término propóleo procede del griego própolis. “Pro” significa “delante de” y “polis”, “ciudad” y hace alusión a una de las finalidades del propóleo y es la de ser el modo natural de defensa de la colmena ante cualquier posible enemigo.
Las abejas construyen con él su colmena, rellenan grietas y endurecen las celdillas del panal. El propóleo ayuda a mantener la asepsia de la colmena, las abejas reducen al mínimo la entrada a la colmena mezclándolo con ceras, tierra y restos vegetales impidiendo la entrada de “enemigos” y del frio intenso o viento.
Curiosamente son las propias abejas las que determinan el empleo del propóleo en la colmena, según sus necesidades.
El propóleo se obtiene a partir de la resina procedente de las yemas y cortezas de determinados árboles. Entre estos está el álamo, el castaño, el pino, el sauce, el abeto y el abedul. Es mezclada con secreciones de algunas glándulas de las abejas como saliva, cera y polen en distintas proporciones de acuerdo con el fin a que lo destinen en la colmena.
¿Cuál es su composición?
Su composición y consistencia es muy variable. Depende de la especie vegetal de la que proceda, del clima y de la técnica de recolección seleccionada. De hecho, se han aislado más de 250 compuestos.
Está constituido principalmente por:
- Resinas y bálsamos, que contienen flavonoides y ácidos fenólicos o sus ésteres (50%).
- Ceras, en contenido variable, entre un 7 y 35%.
- Aceites esenciales volátiles (10%) que confieren aroma al producto.
- Ácidos grasos (5%) que proceden mayoritariamente de la cera y el resto dependen de la fuente vegetal.
- Polen (5%) que proporciona proteínas y aminoácidos libres, como la arginina y la prolina.
- Otros compuestos como minerales (hierro y cinc), vitaminas (provitamina A, vitaminas B1, B2, B3 y B5), pequeñas cantidades de terpenos, aldehídos aromáticos, taninos, restos de la secreción de las glándulas salivares de las abejas, etc.
Gran variedad de acciones terapéuticas
Los principales componentes son los flavonoides, responsables de la mayoría de sus acciones terapéuticas. Tras años de investigación, se han corroborado alguna de sus múltiples propiedades:
- Antibacteriana: es activo frente a los microorganismos más frecuentes, incluso frente a alguno resistente a los antibióticos como S. pyogenes.
- Antiviral: efecto inhibidor frente al virus de la gripe y del herpes Zoster.
- Antifúngica y antiprotozoaria: inhibe tanto el crecimiento de hongos como la candida, así como el de algunos protozoos.
- Antiinflamatoria: esta propiedad está estrechamente relacionada con la inhibición de enzimas involucradas en la degradación de los tejidos.
- Anestésica local: es casi cuatro veces más potente como anestésico que la cocaína y muy superior a la novocaína.
- Cicatrizante: hay estudios que confirman sus excelentes cualidades como antiséptico, astringente y reparador.
- Antioxidante: el própolis es una excelente fuente natural de antioxidantes, por su alto contenido en flavonoides.
- Inmunomoduladora: favorece la fagocitosis y la formación de anticuerpos e indirectamente aumenta la resistencia global contra las infecciones.
¿Cuál es su utilidad?
El propóleo tiene diferentes indicaciones terapéuticas. Se utiliza en afecciones circulatorias, digestivas, bucales, urinarias, ginecológicas y dermatológicas, pero, sin duda, la más común es para afecciones respiratorias.
Su acción antiinflamatoria y anestésica lo convierte en un protector de la garganta, además de resultar un producto eficaz en procesos inflamatorios agudos y crónicos de las vías respiratorias altas.
¿Alguna contraindicación?
Aunque se trate de un producto natural, eso no quita que pueda haber ciertas contraindicaciones. Antes de consumir esta sustancia, es preferible consultar al médico o farmacéutico para asegurarnos de que podemos hacer uso de él sin riesgo:
- Asma: en el caso de tener asma bronquial no está recomendado el uso de propóleo. Igual que en el caso de la jalea real, este puede empeorar los síntomas del asma, debido a irritaciones.
- Posibles alergias: el consumo de propóleo puede generar alergias que conllevarían irritaciones o malestares.
Hábitos higiénico-dietéticos
Como siempre es recomendable adoptar una serie de hábitos higiénico-dietéticos para evitar, en la medida de lo posible, la gripe, el catarro y sus síntomas. Por ejemplo, a nivel de garganta:
- Beber mucho líquido para mantener la garganta hidratada y que las secreciones sean más fluidas.
- Alimentación sana para fortalecer las defensas.
- Lavarse bien las manos y utilizar pañuelos desechables. El lavado frecuente de las manos constituye una clara medida preventiva del catarro.
- Usar bufanda y ropa de abrigo para evitar coger frio durante los meses de invierno.
- Descanso correcto. Un descanso adecuado ayuda a que nuestro sistema inmune esté fuerte.
- Evitar el tabaco y los ambientes congestionados que afectan negativamente a la garganta.
- Por los beneficios anteriormente mencionados, recurre a productos sanitarios que contienen própolis, ácido hialurónico, aloe vera, regaliz y zanthoxylum cuyo efecto sinérgico va a ayudar a aliviar los síntomas asociados de resfriados y gripes.
¡Aprovecha lo que la Naturaleza te ofrece!
BIBLIOGRAFIA
https://digibug.ugr.es/bitstream/handle/10481/28176/Ars%20Pharm%202004%3b45%281%2921-43.pdf?sequence=1&isAllowed=y
