Desayuno, comida, cena, tentempié, aperitivo, piscolabis… Las acepciones que conocemos para definir el acto de comer son variadas. En la mayoría de las ocasiones, no somos conscientes del valor nutricional de lo que ingerimos.
Y me surge una pregunta… No tiene mucho sentido consumir alimentos que no nos aportan nada, pero el consumo de alimentos con bajo valor nutricional ¿tiene impacto en el colesterol?
¿Cuál es el valor nutricional de los alimentos?
El valor nutricional o valor nutritivo de un alimento determina el valor energético y el contenido de nutrientes del mismo, es decir, su contenido en proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas, minerales, etc.
El valor nutricional de los alimentos se determina por su composición química y depende de diversos factores: el estado de producción, la climatología, el tratamiento fitosanitario y de fertilización, almacenamiento, la transformación del producto y el estado de madurez del fruto, entre otros.
A modo de ejemplo, una fruta madura no tiene el mismo valor nutricional que esa misma fruta cuando está todavía verde. O una hortaliza tiene un valor nutritivo diferente según el modo de elaboración culinaria que se realice, bien sea cocida, frita o asada en el horno.
Asimismo, es importante tener en cuenta los aliños o aderezos que aportamos a un plato ya que también pueden alterar el valor nutricional de lo que vamos a consumir.
Y, ¿cómo me entero del valor nutricional de un alimento?
Desde no hace mucho, es obligatorio que en el envase de los alimentos aparezca la información nutricional de ese producto de esta manera:
- Valor energético, expresado en kilojulios (Kj) y kilocalorías (Kcal)
- Porcentaje de grasas, especificando el de grasas saturadas. En algunos casos también se incluyen las poliinsaturadas y las monoinsaturadas
- Hidratos de carbono, especificando el contenido en azúcares y, en algunos casos, también se incluyen los carbohidratos procedentes del almidón y de los polialcoholes.
- Proteínas
- Contenido en sal
- Y un apartado específico que refleja el contenido en fibra alimentaria, así como el contenido en vitaminas y minerales.
Esta información se suele poner en el anverso o en un lateral del producto y son datos muy importantes que debemos conocer, sobre todo, en el caso de alimentos que tengan un valor nutricional poco saludable como es el caso de la bollería, patatas fritas y alimentos procesados en general.
¿Tan importante es conocer la información nutricional?
Habrás oído y leído infinidad de veces que si lo que deseas es tener una alimentación saludable, una de las claves es evitar los productos procesados o con una cantidad elevada de grasas saturadas, azúcares refinados y sal.
El hecho de disponer de la información del valor nutricional de lo que ingerimos, nos va a permitir conocer y diferenciar los alimentos que son saludables de los que no lo son, sin obsesionarse, porque tan malo es no prestar la más mínima atención a lo que comemos como estar constantemente pensando en ello.
Es cierto que cada vez estamos más concienciados y nos preocupamos por saber qué es lo que realmente comemos, sobre todo, en el caso de los productos procesados o envasados. Conocer los ingredientes y su valor nutricional nos permitirá valorar si lo que hemos comprado y vamos a consumir es saludable, de consumo eventual o poco saludable por su elevado contenido en grasas y/o azúcares.
Todo lo que debes saber sobre el colesterol y el síndrome metabólico
¿El colesterol es bueno o es malo?
Uno de los errores más comunes acerca del colesterol es pensar que es malo. El colesterol cumple un papel esencial en nuestro organismo, sin el cual sería complicado su funcionamiento.
El colesterol, entre otras funciones…
- Mejora nuestro sistema inmune, ya que regula las enzimas clave que intervienen en el metabolismo de los lípidos
- Interviene en la formación de vitamina D, esencial para nuestro sistema inmune y los huesos
- Forma parte de las membranas celulares, confiriendo rigidez a las mismas
- Interviene en la fabricación de los ácidos biliares, los cuales intervienen en la digestión de las grasas
- Ayuda a la formación de hormonas sexuales
Ahora bien, aunque el colesterol es necesario e imprescindible para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, el exceso no, ya que un exceso puede ser la consecuencia de problemas graves de salud.
Los alimentos con bajo valor nutricional tienen impacto sobre el colesterol
Para gozar de una buena salud cardiovascular, en términos generales, es importante controlar los niveles de colesterol total, procurando que el colesterol malo (LDL) sea bajo y el colesterol bueno (HDL) alto. Este control de los niveles de colesterol dentro de los niveles adecuados depende de muchos factores entre los que se encuentra el estilo de vida, el consumo de alcohol, el tabaquismo y, como no, la alimentación.
Efectivamente, la alimentación juega un papel muy importante y lo que comemos tendrá un impacto evidente sobre el colesterol. Deberemos tener en cuenta los alimentos de bajo valor nutricional porque su consumo regular determinará los niveles de colesterol total en sangre. Así:
- Hay que moderar el consumo de los embutidos ya que su contenido en grasas saturadas contribuye al aumento del “colesterol malo”
- Es cierto que las carnes rojas tienen un alto valor nutricional pero su contenido en grasa saturada infiltrada entre las fibras musculares es mayor que, por ejemplo, las carnes blancas como la del pavo o el pollo
- Lo mismo ocurre a la hora de cocinar con grasas. Si hay que elegir, la mejor opción será el aceite de oliva en detrimento de otros aceites o mantequillas
- La bollería industrial contiene exceso de azúcar y grasas vegetales, muy perjudiciales para la salud, si se toman de manera habitual
- Al igual que los platos precocinados, que contienen elevadas cantidades de azúcares enmascarados
- El alcohol y las bebidas carbonatadas tampoco aportan nada y sí que influyen en que las cantidades de colesterol se eleven de manera peligrosa
Pequeños cambios en lo que comemos pueden contribuir a que nuestra salud se beneficie y, además, en caso necesario, se puede recurrir a complementos alimenticios a base de cepas probióticas específicas, monacolina K, bergamota, niacina, colina y cromo que contribuirán a movilizar ese exceso de colesterol.
No todo lo que comemos es bueno para la salud
BIBLIOGRAFIA
https://www.ucm.es/data/cont/docs/458-2018-01-10-cap-14-alimentos-2018.pdf
