La imagen de WhatsApp que nos recuerda a las heces la tenemos todos muy presente y es así como nos las imaginamos. Sin embargo, el color, la textura, la cantidad y el olor de las heces pueden variar.
¿Qué son las heces?
Las heces, también conocidas como excrementos o simplemente materia fecal, consisten en el conjunto de desperdicios tanto sólidos como líquidos que forman parte del producto final del proceso de la digestión.
Es difícil realizar una digestión correcta si no hay un procesamiento previo adecuado de los alimentos. Esto muchas veces se debe a que nuestra microbiota está alterada. Por ello experimentamos ciertas molestias digestivas o cambios en el aspecto de nuestras heces, entre otras cosas.
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microbiota alterada?
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¿Cuál es su composición?
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Se encuentran formadas por los restos de alimentos que no son absorbidos por nuestro aparato digestivo y que, además, nuestro organismo no considera útiles o que ya han cumplido su función como la fibra no soluble.
También podemos distinguir determinadas células muertas del epitelio, las cuales se descaman durante el proceso de absorción de los nutrientes, además de microorganismos procedentes de la microbiota intestinal, agua y otras sustancias que pueden atravesar el epitelio intestinal.
El agua corresponde al 75% del volumen de las heces, mientras que las bacterias fermentan los restos alimenticios, produciendo gases que le dan ese olor característico.
El resto son los materiales no digeridos entre los que se incluyen la fibra, celulosa, sal y moco intestinal.
¿Cómo se forman?
Los excrementos nacen justo a la hora en que se come ya que la digestión comienza en la boca. Aquí, los dientes trituran todo en pedazos. La saliva lubrica la comida para facilitar la deglución y libera una enzima para romper los azúcares de los alimentos.
Al tragar el bolo alimenticio, que así se llama, desciende por la faringe (mismo conducto que el de la respiración) controlado por la epiglotis que es una válvula que bloquea la laringe y libera el paso al tubo digestivo. Este viaje hasta el estómago dura unos 5 segundos.
En el estómago, los músculos que ahí se localizan se contraen para romper aún más el bolo alimenticio. Después, esa masa se mezcla con los jugos gástricos y enzimas oportunas que ayudan a digerir los alimentos.
Tras dos horas en el estómago, la comida llega al intestino delgado, que tiene una longitud aproximada de 6 metros.
Durante ese trayecto se produce una nueva mezcla con sustancias químicas procedentes del páncreas y el hígado, que contienen enzimas que digieren grasas, azúcares y proteínas.
En este trayecto, también se produce la absorción de aquellos nutrientes necesarios para el organismo atravesando la pared intestinal y pasando al torrente sanguíneo.
Y, una vez en el intestino grueso…
Lo que llega al siguiente tramo del aparato digestivo, que es el intestino grueso se convertirá en lo que consideramos todos como las heces.
En este trayecto, esa masa pierde agua, mucha agua. De hecho, las heces entran con 1,5 litros de agua y salen con 150 mililitros, adquiriendo una consistencia adecuada para su expulsión, siendo almacenada hasta ese momento en el recto.
En el momento que las cantidades de heces llegan aproximadamente a los 30 gramos, el cerebro envía una señal al esfínter interno del recto y deja al excremento descender. Evidentemente, este proceso no lo podemos controlar, pero sí podemos actuar voluntariamente sobre el esfínter externo y así controlar la necesidad de evacuar hasta que acudimos al baño.
Por tanto, de la boca hasta el recto, tarda hasta 72 horas, es decir, lo que has desayunado antes de ayer serán los 150g que estés evacuando hoy, cantidad aproximada de sustancia semisólida que se elimina normalmente a diario.
¿En qué hay que fijarse para saber si mis heces son normales?
Un sistema digestivo que funciona bien es esencial para la salud y el bienestar personal. Puede resultar desagradable, pero es importante fijarse en lo que evacuamos.
Cuando las heces presentan un aspecto diferente al que estamos acostumbrados y persiste en el tiempo es posible que sea consecuencia de alguna alteración que habrá que consultar con el médico.
Las heces normales tienden a ser de color marrón, suaves pero firmes en textura. Tampoco deben plantear dificultades a la hora de la evacuación. Lo normal es ir al baño una vez al día, aunque esto también puede variar de unas personas a otras.
Evidentemente, debemos preocuparnos cuando nuestras rutinas o frecuencias varían en el tiempo.
No obstante, hay que tener presente que las heces pueden adquirir diferentes formas, colores y olores. Heaton y Lewis diseñaron la escala de Bristol que es una tabla que clasifica las heces en 7 tipos diferentes que van desde las difíciles de evacuar a las más acuosas y así, de una manera visual, poder determinar si el tránsito intestinal es regular o, en cambio, se padece de estreñimiento o diarrea.
Por otro lado, el color también puede ser un indicativo que determina lo que hemos comido. O, por el contrario, que algo no funciona bien. Así, las heces pueden ser de color negro, blanco, verde, rojo, anaranjado o incluso amarillo.
El tiempo de evacuación también es un factor importante a tener en cuenta. De hecho, no debe llevar más de 10 minutos.
¿Qué puede provocar unas heces no normales?
Hay diferentes factores que pueden influir para que no se tengan unas heces normales. Así, el estrés, la deshidratación, la falta de fibra dietética, algunas enfermedades, intolerancias y alergias alimentarias o el consumo excesivo de ciertas sustancias como el café, el alcohol o el tabaco.
En resumen, cualquiera de las siguientes situaciones puede ser un indicativo de que se sufre algún problema digestivo. Pero, sobre todo, si se prolongan más de dos semanas:
- Evacuar con demasiada frecuencia (más de tres veces al día).
- No evacuar con la frecuencia suficiente, al menos tres veces a la semana.
- Realizar un esfuerzo excesivo.
- Que las heces sean de aspecto grasiento.
- Que se sienta dolor al ir al baño
- Presencia de sangre en las heces o que se sangre mientras se evacúa.
- Heces líquidas o muy duras.
Por tanto, es muy importante tener una buena salud intestinal. Para ello, es recomendable realizar ejercicio moderado, hidratarse correctamente, controlar la ansiedad, consumir una correcta cantidad de fibra (25-30 gramos) y cuidar la microbiota intestinal. Esta es fundamental para el buen funcionamiento digestivo y la motilidad intestinal.
Existen complementos alimenticios de venta en farmacias ideados para revertir trastornos digestivos de manera específica. O, bien, para recuperar esa microbiota alterada.
Puede ser muy importante lo que la caca dice de ti.
BIBLIOGRAFÍA
https://www.elsevier.es/es-revista-cirugia-espanola-36-articulo-anatomofisiologia-continencia-defecacion-13083392
que es cuando en la analítica de las heces sale sangre y no sientes ningún síntoma de los que indicáis?
Hola Joaquina,
Si existe sangre en heces se debe acudir de forma inmediata al médico para que pueda evaluar y realizar las pruebas pertinentes.
Gracias por ponerse en contacto con nosotros.