Cada vez más estudios apuntan hacia un incremento de los casos de alergias e intolerancias alimentarias en las últimas décadas, sobre todo en los países desarrollados. Entre el 3 y el 8% de los niños, y entre el 1 y el 3% de los adultos, presenta algún tipo de alergia alimentaria.
Hoy nos centramos en la intolerancia al huevo, aunque hay que aclarar que hay diferencias entre intolerancia y alergia y, cuando se trata del huevo, debemos hablar de alergia.
Diferencias entre alergia e intolerancia a un alimento
Por eso queremos dedicar un espacio a diferenciar lo que es una alergia y lo que es una intolerancia a un alimento.
Cuando se habla de alergia a un alimento es porque interviene el sistema inmune. Es decir, este falla y reconoce un alimento que no es nocivo como si lo fuera, provocando síntomas que van más allá de los digestivos y típicos como estornudos, picores o erupciones en la piel. Uno de los síntomas más graves y conocidos es el llamado shock anafiláctico que requiere tratamiento médico urgente. Por lo tanto, es imprescindible eliminar el alimento definitivamente de la dieta. Y este es el caso del huevo.
Por su parte, cuando ocurre una intolerancia, no interviene el sistema inmune. Está provocada porque nuestro organismo no puede digerir o absorber adecuadamente un alimento y, aunque no suelen provocar reacciones graves, sí suele provocar síntomas digestivos como dolor de estómago o diarrea. Aquí podemos hablar de intolerancia a la lactosa, de la intolerancia al gluten o a la sacarosa.
El huevo
El huevo es un alimento de origen animal con grandes propiedades nutricionales y culinarias. Se caracteriza por su alta densidad nutritiva, por tener una excelente relación calidad-precio y ser un ingrediente habitual en la alimentación humana.
Por estos motivos y por ser una excelente fuente de proteínas y de vitaminas del grupo B, lo convierten en un alimento de elevado consumo humano. Pero además de todo esto, también es uno de los alimentos frecuentemente involucrados en alergias alimentarias.
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Alergia al huevo
La alergia al huevo es la reacción adversa de origen inmunológico inducida por proteínas de este alimento.
Constituye la alergia alimentaria más frecuente en la infancia temprana en nuestro país y su incidencia es mayor en niños con dermatitis atópica o alergia a proteínas de leche de vaca.
A la alergia al huevo también se la denomina alergia a las proteínas del huevo, alergia a la clara del huevo o alergia a la yema del huevo.
Qué alérgenos contiene el huevo
En general, los alérgicos al huevo reaccionan principalmente a la ingesta de la clara. Aunque la yema de huevo tiene diversas proteínas, la clara contiene los alérgenos mayores.
- Alérgenos de la clara
- Ovomucoide. Es la proteína más importante a la hora de causar reacciones alérgicas. Se debe, probablemente, a su mayor resistencia al calor y la acción enzimática digestiva.
- Ovoalbúmina.
- Ovotransferrina o conalbumina y Ovomucina Lisozima. Estas proteínas son menos estables al calor y se pueden considerar los alérgenos más débiles.
- Alérgenos de la yema
- Gránulos
- Livetinas
- Lipoproteínas de baja intensidad
Síntomas de la intolerancia al huevo: ¿cómo detectarla?
Los trastornos clínicos asociados a las alergias alimentarias pueden afectar a una amplia variedad de sistemas orgánicos. Se pueden manifestar en la piel y en la mucosa; en el tracto respiratorio y en el tracto digestivo, desde la boca al ano. La mayoría de los síntomas son inespecíficos, como náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento.
Por concretarlas, las manifestaciones clínicas de la alergia al huevo son:
- Síntomas cutáneos:
- Lesiones eritematosas, urticaria y habones en zona de contacto. Este contacto puede ser directo con el alimento o por besos de personas que lo hayan consumido, y las reacciones aparecen en párpados, manos o a nivel general.
- Dermatitis atópica. Suele ser un síntoma difícil de evaluar ya que no aparece inmediatamente, pero sí puede verse mejoría al retirar el huevo de la dieta.
- Síntomas gastrointestinales:
- Síndrome de alergia oral. Provoca picor e hinchazón de labios, lengua, paladar y garganta
- Manifestaciones digestivas como náuseas, dolor abdominal, vómitos y diarreas.
- Síntomas respiratorios. Reacciones asmáticas, estornudos, picor nasal y ocular, lagrimeo y congestión nasal.
- Anafilaxia. Se pueden producir síntomas más graves como hipotensión, arritmias o colapso vascular. Se considera una situación de emergencia vital.
Tratamiento para la intolerancia al huevo
Medidas de prevención
Ya hemos comentado que cuando se trata de alergia al huevo el único tratamiento posible es la eliminación completa del agente causante, en este caso, el huevo. Pero resulta interesante seguir una serie de medidas de prevención para evitar problemas graves.
- Cuando se trate de niños que coman en el comedor escolar, es importante aportar el certificado médico para evitar confusiones e informarse del menú que se va a consumir.
- Es conveniente cocinar primero la comida del alérgico para evitar la contaminación cruzada. Manipular los utensilios cuidadosamente y mejor si son los exclusivos del alérgico. Además, no hay que usar el mismo aceite o la plancha para cocinar. Y, por supuesto, higienizar todas las superficies de trabajo.
- Elimina totalmente el alérgeno de la dieta, tanto el alimento en sí como los distintos productos que lo pueden llevar como ingrediente. En caso de duda, no lo tomes. En este sentido, recuerda que el huevo puede encontrarse en muchos productos como:
- Sopas, caldos o consomés clarificados con huevo
- Helados y sorbetes
- Salsas con huevo en su composición: mayonesa o salsa tártara
- Productos de bollería: pan, bollos, pasteles, galletas, natillas o flanes.
- Otras fuentes de huevo son los macarrones, tallarines, el turrón, caramelos y muchos platos congelados.
- Por lo dicho anteriormente, toda persona alérgica al huevo debe leer todas las etiquetas de los productos alimentarios para averiguar si contiene huevo entero, en polvo o deshidratados, así como albúmina.
- Ojo con las vacunas. Si eres alérgico al huevo no debes vacunarte de la gripe, de fiebre amarilla, del sarampión, parotiditis y, en cuanto a la vacuna triple vírica (sarampión, rubeola y parotiditis), existe bajo riesgo pero se han descrito ciertas reacciones alérgicas.
- Ten siempre muy a mano la medicación oportuna, especialmente en caso de alergias muy graves.
Otros alimentos que provocan alergia
Leche. Causada por la caseína, la lactoglobulina y la lactoalbúmina. Los síntomas más comunes son preferentemente cutáneos, pero también digestivos, como vómitos y diarrea. Pueden variar de unas personas a otras. No confundir con la intolerancia a la lactosa, en la que se producen diarreas debido a la incapacidad de digerir este componente de la leche.
Pescado. Se produce, principalmente, por las proteínas musculares del pescado. Los alérgicos al pescado deben tener especial cuidado con aquellos productos que están enriquecidos con omega 3, o con la grasa de pescado que pueda contener pequeñas cantidades de proteína.
Legumbres. Tienen mucha capacidad para producir reacciones alérgicas. Especialmente las lentejas y la soja, pero se puede decir que todas las legumbres son potencialmente alergénicas.
Cereales. Además de su importancia en la enfermedad celiaca, otros cereales pueden provocar alergia.
Frutos secos. Si la alergia es leve, los síntomas que provoca la alergia a los frutos secos son náuseas, dolor de cabeza e inflamación de labios y lengua. Pueden producir alergia, incluso, con un mínimo contacto con la piel. Pero algunos frutos secos como las almendras tienen un elevado riesgo de provocar un shock anafiláctico. También mencionamos aquí a los cacahuetes, aunque estos no son frutos secos sino que pertenecen a la familia de las legumbres, tienen unas proteínas similares a las de los frutos secos.
