No descubrimos nada nuevo si decimos que, en la mayoría de ocasiones, nos entra sueño después de comer.
Ese cansancio que nos invade parece que es inevitable, ¿verdad?
Nos da la sensación de que la cantidad que hemos comido influye mucho. Sin embargo, no es la única causa por la que nos da sueño, porque también tiene mucho que ver con el tipo de alimento que hemos ingerido.
Somnolencia después de comer
A todos, en mayor o menor medida y como acabamos de comentar, nos da sueño en cuanto terminamos de comer. ¿Cuál es la causa?
Hay distintas teorías sobre ello, de las que hablaremos a continuación. Lo que sí parecen claros son los síntomas que se tienen cuando nos entra sueño después de comer.
Pereza y pesadez, generalmente acompañados de hinchazón y sensación de opresión en el abdomen.
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¿Podemos prevenir que nos entre sueño después de comer?
Puede resultar algo incómodo sentir sueño cuando acabamos de comer, sobre todo si estamos fuera de casa. Sin embargo, que nos entre sueño después de comer es algo bastante habitual.
Si nos pasa es buena señal para recordarnos que debemos ceñirnos a comidas más pequeñas y con menor cantidad de grasas la próxima vez. De este modo conseguiremos mantener el cuerpo sano, activo y alerta.
Si se deseas, se pueden seguir algunas pautas para evitar caer en el sofá casi inconsciente después de comer. Te damos algunos consejos.
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Consume menos cantidad
Es muy probable que las comidas muy abundantes nos provoquen sueño después de comer. Y durante esta época del año, con comilonas un día sí y otro también, es muy habitual: solemos comer más cantidad de la que podemos asimilar y el cuerpo lo nota.
Las comidas copiosas provocan un aumento de la somnolencia. En cambio, cuando hemos hecho una comida ligera y de textura más bien líquida como sopas o cremas, la sensación no es tan evidente.
Mantén una dieta equilibrada
Para que la dieta sea correcta y equilibrada, tienen que estar presentes en ella la energía y todos los nutrientes en las cantidades adecuadas y suficientes para cubrir las necesidades y mantener la salud. El agua, aunque no se considera un nutriente, es también vital, así como la fibra dietética, otra sustancia nutricionalmente importante.
Una dieta adecuada y equilibrada no solo nos beneficia a la hora de dormir. Por tanto, si elaboras comidas equilibradas en torno a una ingesta moderada de proteínas y carbohidratos con una pequeña cantidad de grasas saludables, es menos probable que seas víctima de la somnolencia después de comer.
Importancia de la actividad física
Las personas que se mantienen activas tienen en general menor riesgo de padecer enfermedades degenerativas, especialmente enfermedad cardiovascular, hipertensión, infarto cerebral u osteoporosis.
Además, el ejercicio físico realizado regularmente también produce una mayor sensación de bienestar general. Estudios recientes han puesto de manifiesto la importancia de la actividad física en el control de la ansiedad, del estrés y en la mejora de la autoestima.
El ejercicio tiene un efecto antidepresivo además de ayudar contra la obesidad.
Nos puede resultar muy útil para evitar que nos entre el sueño después de comer aumentar la circulación y estimular sus músculos con una caminata corta o unos estiramientos.
Como hemos comentado, cualquier actividad puede ayudar a quemar calorías, contribuyendo así a mejorar nuestro cuerpo para mantener a raya los síntomas de la somnolencia después de comer.
Qué hacer para dormir bien por la noche y que no nos entre sueño después de comer
Resulta muy importante dormir bien por la noche y descansar lo suficiente para evitar la somnolencia por el día. El sueño es un proceso fisiológico de gran importancia. Mientras dormimos, el cerebro reproduce los patrones de actividad correspondientes al aprendizaje.
La labor del cerebro durante el sueño es la consolidación y reorganización de nuestros recuerdos, algo que es fundamental para afianzar habilidades y conocimientos recién adquiridos.
El sueño también mantiene nuestro sistema inmune saludable y recupera energía. La falta de sueño puede ocasionar problemas importantes.
A corto plazo se produce impaciencia y menor capacidad de concentración, que deriva en menor eficiencia, y se obstaculizan el aprendizaje y la fijación de recuerdos. Además, puede provocar déficit de pensamiento creativo y alteraciones del lenguaje, ya que se afecta el lóbulo frontal del cerebro.
A largo plazo el insomnio representa un grave problema de salud: recorta la longevidad y puede afectar al sistema inmune y al sistema nervioso. Asimismo, se ha relacionado con aparición de diabetes, obesidad y problemas cardiovasculares en relación con el aumento de la ghrelina, hormona que regula el apetito y, por tanto, del peso corporal.
¿Cómo conseguimos, por tanto, un sueño reparador?
Establece una rutina de sueño saludable:
- Es conveniente levantarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana o durante las vacaciones.
- Hay que utilizar la cama solamente para dormir, tener relaciones sexuales o recuperarse de una enfermedad.
- Es bueno, para conseguir dormir, mantener un horario regular para las comidas, medicamentos, tareas domésticas y otras actividades. Esto ayudará a que nuestro reloj biológico interno funcione sin problemas.
- Es interesante buscar rituales que nos ayuden a relajarnos cada noche antes de acostarnos. Esto puede incluir cosas como un baño caliente, hacer una cena ligera o unos minutos de lectura.
- Hay que olvidar el estrés antes de acostarnos. Lo que no hayamos podido solucionar hasta entonces no va a tener arreglo una vez nos metamos en la cama. El día siguiente es la mejor opción para resolver nuestros problemas. Si nos ocurre habitualmente, puede ser bueno escribir nuestras preocupaciones y sacar estos sentimientos antes de ir a la cama.
- Hay que irse a la cama solo cuando se tenga sueño. Y, del mismo modo, en cuanto tengamos sueño, hay que irse a la cama y no demorarnos viendo la televisión o nuestra serie favorita. Si, una vez en la cama, no conseguimos quedarnos dormidos en 20 minutos, tenemos que levantarnos. Haremos alguna actividad tranquila y que nos relaje y volveremos a la cama en cuanto volvamos a sentirnos cansados.
Por supuesto, cena de manera ligera
Haz una cena ligera. Es evidente que aquellas personas que cenan abundantemente necesitan más tiempo para dormirse y su sueño es de peor calidad al de aquellas personas que cenan una cantidad controlada de alimentos, así que incluye en estas cenas frutas y verduras.
Estas contienen polifenoles, una sustancia que consigue favorecer el sueño de calidad. Además, ayuda a evitar los despertares nocturnos, por lo que provoca una mayor sensación de descanso y una menor tendencia al sueño durante el día.
Otros alimentos interesantes para consumir son aquellos que contienen L-triptófano, por su relación directa con el ciclo del sueño. Este aminoácido, que encontramos en la leche, productos lácteos, patatas, nueces o anacardos, es el precursor de la serotonina y la melatonina.
Tener los niveles bajos de serotonina provoca estrés y éste influye e interfiere en nuestro sueño nocturno. La melatonina, conocida como la hormona del sueño, es la reguladora principal de los ciclos sueño-vigilia y es también dependiente del triptófano.
Referencias
https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-la-alimentacion-el-sueno-estrategias-13099400
https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0212-16112020000600013
En este tipo de artículos nunca se tiene en cuenta a personas que queremos aumentar de peso y masa muscular considerablemente y tenemos dietas de al menos 3,500 calorías. Una cena ligera no tiene lugar ahí.
Hola Luis,
Cierto. El tema que plantea es muy interesante. Lo anotamos para publicar algún artículo al respecto. Gracias por su sugerencia y gracias por ponerse en contacto con nosotros.