¡Qué nervios! Dentro de un par de horas doy una charla importantísima a un buen número de asistentes. Si os soy sincero, hace unos cuántos días, no las tenía todas conmigo porque mi garganta no podía más.
El hilillo de voz que tenía presagiaba la cancelación del evento, pero la miel con limón que me recomendó mi abuela ha cumplido con las expectativas.
También es cierto que yo he aportado mi granito de arena, protegiendo la garganta, no hablando mucho y bebiendo mucha agua. Pero, ¿realmente es un remedio eficaz? Al menos, rico está.
Me duele al tragar y me cuesta hablar
El dolor de garganta es dolor, carraspera o irritación de la garganta que con frecuencia empeora al tragar.
La causa más frecuente de la faringitis es una infección viral, como un resfriado o la gripe.
Aunque se resuelve por sí solo, los síntomas asociados pueden ser bastante molestos. Algunos síntomas y signos, que varían en función de la causa que provoca el dolor de garganta, son el dolor o sensación de picor en la garganta, dolor que empeora al tragar o al hablar, inflamación de los ganglios en la zona del cuello, amígdalas enrojecidas y voz ronca o apagada.
¿Solamente ocurre en invierno?
Esta afección no es algo exclusivo de la época invernal, pero es cierto que, a partir del otoño, y durante el invierno, se produce un aumento de las afecciones del tracto respiratorio superior: gripe, resfriado, faringitis, laringitis, amigdalitis, otitis, sinusitis… Situaciones que pueden suponer causa de baja laboral y absentismo escolar.
La faringe está en contacto directo con el exterior. En personas sanas no constituye un problema, pero ante una disminución de las defensas, los virus o las bacterias se multiplican y pueden dar lugar a estas afecciones. En estos casos, el frío puede agravar el problema de una afección ya adquirida.
Antes de que se complique, prefiero prevenir
Ante un dolor de garganta, es necesario establecer una serie de medidas higiénico-dietéticas que ayuden a paliar y mejorar los síntomas y, por supuesto, si la causa es una infección, reducir el contagio:
- Protégete la boca y la nariz al toser y estornudar. Ya sabes, parte interior del codo o pañuelos desechables. Los pañuelos de tela, para las ocasiones especiales.
- Bien sea porque vas a manipular alimentos, porque tienes tos o estás resfriado, las manos deben lavarse con frecuencia, con agua y jabón. Inconscientemente, nos podemos tocar los ojos, la nariz y la boca con lo que favorecemos la entrada de microorganismos.
- Las reuniones de personas, en sitios pequeños, son situaciones habituales en épocas frías. Pero permanecer mucho tiempo en lugares con ambientes cargados pueden poner en peligro a tu garganta.
- La calefacción en invierno y el aire acondicionado en verano resecan el ambiente y afectan a la garganta. En ese sentido, un ambiente húmedo puede ayudar a calmar o evitar ese molesto dolor de garganta. Usa humidificadores.
- El alcohol, el tabaco, las comidas picantes, muy calientes o de consistencia pastosa contribuyen a aumentar esa sensación de dificultad al tragar, irritación y dolor de la garganta.
- Para comunicarnos, no es necesario hablar en tono elevado ni forzar. Un volumen adecuado es fundamental para evitar que la garganta se dañe.
- Los sprays naturales a base de propólis, aloe, ácido hialurónico y zanthoxilum aportan propiedades calmantes, antiinflamatorias, analgésicas y protectoras. Los comprimidos para chupar que contengan plantago, regaliz, goma karaya, malva y viola pueden ser la combinación perfecta. Además, el sabor es agradable.
La miel con limón, más que un remedio de la abuela
La mayoría de nosotros hemos recibido los consejos de las personas mayores para aliviar ciertas dolencias leves, pero incómodas que, por su experiencia o por tradición, son transmitidas de padres a hijos o de abuelos a nietos. ¿Funcionan? Pues en un gran número de ocasiones dan resultado y la ciencia respalda esas recomendaciones.
El limón, un cítrico de categoría
Pues sí, el limón ayuda a curar el dolor de garganta debido, fundamentalmente, a sus propiedades antibacterianas y antiinflamatorias.
Contiene ácido cítrico que ayuda a romper el moco y a calmar la garganta por el dolor y la inflamación.
Además, es rico en vitamina C y antioxidantes que ayuda a estimular el sistema inmunológico y combatir una posible infección.
El limón es un antiséptico natural que ayuda a matar las bacterias o virus que pueden ser responsables de las molestias en la garganta.
El zumo de limón aumenta la salivación y ayuda a humedecer y lubricar la garganta irritada y, de esta manera, aliviar el dolor de garganta.
A las propiedades antibacterianas y antinflamatorias, se unen efectos antienvejecimiento y antifatiga que contribuirán a mantener la salud general.
La miel, un edulcorante con infinidad de propiedades
La miel es un producto elaborado por las abejas a partir del néctar de las flores. Una vez almacenada en el panal comienza la maduración donde la sacarosa del néctar se transforma, gracias a la saliva de las abejas, en fructosa y glucosa, el agua se evapora y la miel adquiere esa consistencia sobresaturada y de aspecto vítreo.
El 80% de su contenido son azúcares, pero, a esos azúcares se suman proteínas, aminoácidos, ácidos orgánicos, dextrinas, minerales, levaduras y hongos. En apariencia, por su contenido en azúcares es un alimento altamente calórico, pero sus propiedades aconsejan su consumo.
La miel se comporta como bactericida, tónico, antiséptico, cicatrizante y expectorante antiinflamatorio de la garganta.
Es evidente que la combinación de la miel y el limón puede ser un remedio más que recomendable para aliviar las molestias de la garganta.
La experiencia, la madre de la ciencia.
BIBLIOGRAFIA
http://www.otorrinoactualidad.com/archivos_online/96-dolordegarganta.pdf<
