Desde hace ya algún tiempo se ha puesto de moda el agua micelar como desmaquillante. Seguramente todas lo hemos usado y realmente es cómodo y eficaz, pero ¿qué es el agua micelar?
¿Agua y aceite juntos?
Todos sabemos que el agua y el aceite no se mezclan. Entonces, ¿por qué digo algo tan obvio y qué tiene que ver esto con el agua micelar?
Lo que quiero explicar con esta frase tan evidente es que el agua y las sustancias de naturaleza grasa son incompatibles.
Según la afinidad que una sustancia tenga por el agua o por las grasas, la denominamos hidrofílica o lipofílica. O sea, aquello que se puede disolver en agua es hidrofílico y lo que solo se puede disolver en grasa es lipofílico.
Tenemos miles de ejemplos cotidianos de esto. Por ejemplo, sabemos que cuando queremos limpiar algo que se ha manchado de grasa, el agua sola no nos sirve.
Para disolverlo o retirarlo de la superficie afectada, tenemos que utilizar una sustancia que también sea grasa (disolventes). O también agua en la que se añade un surfactante o tensioactivo.
Un surfactante es una sustancia que consigue modificar la superficie de contacto de dos líquidos que no son capaces de mezclarse, para que sí puedan hacerlo. De esta manera, cuando al agua le añadimos un surfactante (jabón), es capaz de unirse con el aceite o con cualquier otra grasa y limpiarlo.
En prácticamente todos los productos de limpieza se encuentran sustancias con propiedades tensioactivas o surfactantes.
Composición de la piel
La piel consta de varias capas, la más externa de las cuales es la epidermis.
La epidermis está compuesta por varias filas de células estructurales, llamadas queratinocitos. Estas células necesitan estar hidratadas, necesitan agua para vivir.
Pero aún más externo que la última capa de queratinocitos, se encuentra lo que se denomina la capa lipídica de la piel, una mezcla de ceramidas y ácidos grasos que sirve como protección de las células cutáneas. Sí, hemos dicho capa lipídica. Es decir, grasa.
Por lo tanto, para la piel, tan imprescindible es el agua como la grasa, ambos tipos de sustancias tienen que estar presentes y además en equilibrio, así que a la piel, hay que proporcionarle tanto agua, como lípidos.
Cómo limpiar la piel: uso de agua micelar
A la hora de limpiar la piel ¿qué es lo mejor? ¿sólo agua? ¿agua y jabón?… había una tendencia hace unos años que decía que la cara se lavara solo con agua.
Si se hace así, aquellas sustancias que se quieran retirar y que sean de naturaleza grasa, no se limpiarán, por ejemplo, para quitar un maquillaje, que tiene una base grasa u oleosa, el agua es insuficiente.
Entonces usamos un jabón fuerte, que limpie todo bien. Bueno, así nos aseguramos la limpieza absoluta, claro, pero también nos aseguramos que estamos deteriorando la barrera lipídica, que como ya hemos dicho, tiene una función protectora imprescindible para la piel.
¿Cómo limpiar a piel de la cara?
El agua micelar se denomina así porque es un producto que está compuesto por agua purificada (sin la presencia de sales minerales como puede tener el agua del grifo o las aguas minerales) con micelas.
La pregunta lógica ahora es: ¿qué son las micelas? Son estructuras complejas, con forma de microesferas, compuestas por un conjunto de moléculas lipídicas y con propiedades surfactantes.
Estas moléculas lipídicas tienen dos partes, una denominada cabeza que es hidrofílica, o sea, que se puede disolver en agua y otra denominada cola que es lipofílica.
Pues bien, las moléculas se disponen de manera que todas las cabezas se encuentran en el exterior de la esfera, por lo que ofrecen siempre su “cara hidrofílica” y pueden disolverse en el agua, mientras que en el interior de la esfera se “atrincheran” las partes lipofílicas. Es una forma de conseguir que el aceite se disuelva en el agua, gracias a estas estructuras.
Con el agua micelar, lo que conseguimos es tener un agua, con su capacidad de hidratación y de limpieza, que tiene disueltas sustancias grasas que serán capaces de reponer la capa lipídica de la piel además de retirar y limpiar las impurezas de naturaleza grasa, tanto las que vienen del exterior por el maquillaje o la polución, como los excedentes de secreción sebácea, grasa, de la piel.
Beneficios del agua micelar
Por lo tanto, el agua micelar es un excelente limpiador de la piel, porque consigue retirar tanto las impurezas hidrofílicas como las lipofílicas pero respetando el pH de la piel y sin añadir alcoholes u otras sustancias que podrían ser irritantes para cualquier piel, pero en especial para pieles sensibles, atópicas o con alguna enfermedad cutánea.
Aunque el agua micelar se ha hecho popular como desmaquillante, hay que pensar en ella como limpiador general.
Se puede utilizar para eliminar el exceso de producción de sebo de la piel y para limpiar las impurezas ambientales. Pero, por supuesto, para retirar el maquillaje y los restos de cremas utilizados.
Para su uso se recomienda aplicarla con un algodón. Es mejor hacerlo en pequeños toques y movimientos suaves que frotando con fuerza. Si el algodón se aplica en una zona y se deja un momento para que actúe, las micelas van a atrapar la suciedad mejor que si se arrastra y no se permite su acción.
Sería una buena costumbre utilizarla por la mañana como limpiadora, tanto si se va a aplicar maquillaje como si no. Y, para el tratamiento de la piel por la noche, para retirar la suciedad del día y, por supuesto, el maquillaje si se ha utilizado.
Referencias
https://www.abc.es/bienestar/fitness/abci-agua-micelar-buen-limpiador-pero-no-buen-desmaquillante-202102011801_noticia.html
https://www.promofarma.com/blog/belleza-cosmetica/que-agua-micelar-debo-usar-segun-mi-tipo-de-piel/
