Antibiótico para la cistitis, ¿es la mejor solución?

Cistitis es el término médico para designar a la inflamación de la vejiga.

La mayoría de las veces, la cistitis se produce cuando hay una infección causada por una bacteria, por lo que nos encontraríamos ante una infección de las vías urinarias.

Los síntomas de una cistitis incluyen dolor y sensación de ardor al orinar, sangre en la orina, orina oscura o turbia, aumento de la frecuencia de orinar o la necesidad de orinar de forma inmediata, incapacidad de controlar el flujo de la orina, y dolor en la pelvis o la parte inferior de la espalda.

Las cistitis pueden producirse en mujeres y en hombres, pero en estos, suelen asociarse a otros trastornos como la uretritis o prostatitis.

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Las cistitis representan el 90% de las infecciones del tracto urinario en la mujer.

Se presentan con mayor frecuencia en mujeres que en hombres, aproximadamente entre el 50-60% de las mujeres tendrán un episodio de infección urinaria a lo largo de su vida y un 25% presentarán recurrencias.

La mayoría de las cistitis son no complicadas, es decir, estaríamos ante una infección bacteriana aguda, bien esporádica o bien recurrente, que afectan en su mayoría a mujeres no embarazadas, premenopáusicas, sin enfermedades de base y mujeres sin anomalías anatómicas y funcionales del tracto urinario.

El pico de incidencia de infecciones no complicadas del tracto urinario bajo en mujeres se observa entre los 18 y los 39 años (coincidiendo con la edad de máxima actividad sexual en la mujer).

Tratamientos

El tratamiento de la infección urinaria debe ser individualizado y tiene como objetivo aliviar los síntomas, evitar el deterioro irreversible del tracto urinario, erradicar la infección y prevenir que se vuelva a repetir. Es importante realizar un correcto seguimiento del tratamiento para confirmar la curación de la infección y evitar complicaciones o su progresión a otras patologías más graves.

Tratamientos cistitis no complicadas

En estos casos de cistitis no complicadas y para prevenir infecciones recurrentes se pueden seguir diversas estrategias para su tratamiento:

Estrógenos vaginales:

En mujeres postmenopáusicas con cistitis de repetición, atrofia vaginal y que no toman estrógenos se puede valorar la administración temporal de estrógenos tópicos por vía vaginal. Estos fármacos disminuyen el pH vaginal y normalizan la microbiota aumentando la concentración de lactobacillus.

Probióticos:

El ayudar a recuperar el equilibrio de la microbiota intestinal y vaginal mediante la utilización de probióticos, en concreto Lactobacillus; puede ser determinante para disminuir la recurrencia de este tipo de infecciones y puede constituir una alternativa a la profilaxis antibiótica convencional en aquellas mujeres que presentan resistencia a los antibióticos.

La asociación de D-manosa con las proantocianidinas del arándano rojo americano resulta una opción preventiva muy interesante y efectiva en el tratamiento de cistitis recurrentes y de las cistitis no complicadas.

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El efecto preventivo del arándano rojo americano es debe a la capacidad que tienen las proantocianidinas, y en concreto las proantocianidinas de tipo A, de inhibir la adhesión de E. coli y otros uropatógenos a la pared de la uretra. Al no poder anclarse, la bacteria es arrastrada con la orina y eliminada, por lo que no pueden llegar a al vejiga y provocar el desarrollo de una cistitis.

La D-manosa evita la adhesión de las bacterias a los receptores uroepiteliales específicos, de ahí que sea efectiva en el tratamiento de las infecciones urinarias recurrentes.

Si le unimos un aumento de la ingesta de agua que tendrá como consecuencia un aumento de la cantidad de orina que se elimina, favoreceremos todavía más el arrastre y eliminación de las bacterias.

Recomendaciones higiénico-dietéticas:

Se recomienda la micción post-coital, evitar el uso de espermicidas, incrementar la frecuencia de las micciones, mejorar la higiene perianal (hábitos de limpieza perianal de delante hacia atrás para evitar la contaminación con la flora fecal).

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Tratamiento con antibióticos

Para aquellas cistitis en las que el tratamiento de elección sea el antibiótico, su elección debería hacerse teniendo en cuenta si se ha identificado la bacteria causante.

La bacteria Escherichia coli causa entre el 80 y el 90% de las infecciones de las vías urinarias, y por lo que es frecuente que se prescriba el tratamiento de forma empírica, sin esperar los resultados de sensibilidad antimicrobiana.

Las pautas de tratamiento han ido disminuyendo su duración, pasando de tratamientos con antibióticos de 7 días a 3 días y posteriormente a un día. Lo que se ha pretendido con la disminución de los días de tratamiento es mejorar el cumplimiento por parte del paciente, reducir costes y disminuir la frecuencia de las posibles reacciones adversas que pudieran aparecer.

El uso excesivo o inapropiado de antibióticos, la falta de cumplimiento por parte del paciente de las pautas prescritas está provocando un aumento de las resistencias bacterianas y también dificulta el tratamiento de las infecciones recurrentes, este es el caso de la resistencia de Escherichia coli a determinados antibiótico.

El tratamiento empírico de antibiótico para la cistitis no complicada en mujer podría esquematizarse de la siguiente manera: como primera elección se utilizaría Fosfomicina trometamol en una dosis única de 3g, lo cual favorece su cumplimiento.

Como segunda elección, Nitrofurantoína pues se considera la alternativa a la Fosfomicina en caso de contraindicación o intolerancia a la misma y como tercera elección, bien Cefuroxima o Sulfametazol-trimetroprim.

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Cistitis no causadas por infección bacteriana

Si bien las infecciones bacterianas son la causa más frecuente de la cistitis, existen diversos factores no infecciosos que también pueden causar inflamación en la vejiga.

Las podemos englobar bajo el término cistitis no bacteriana, se refiere a una serie de signos y síntomas similares a los de la cistitis bacteriana pero en ausencia de bacterias en la orina junto con cambios inflamatorios en la mucosa y en la submucosa de la vejiga. En estos casos, los antibióticos no funcionan.

Hay factores que, por su naturaleza, no pueden dejar de ser irritantes cuando entran en contacto con la mucosa interna de la vejiga. Como puede ser una orina con pH demasiado ácido, cálculos y/ piedras renales que cuando se mueven y van de los riñones a la vejiga pueden araña el urotelio, incluso algunos alimentos y bebidas (alcohol) pueden irritar la vejiga.

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Causas de la cistitis no bacteriana

La cistitis no bacteriana también puede producirse como resultado de otras afecciones:

  • Cistitis intersticial. Se trata de una inflamación crónica de la vejiga de origen no bacteriano. Cursa con presión y dolor en la vejiga y a veces dolor pélvico. Las causas de esta inflamación son inciertas, existiendo numerosos factores que influyen en su aparición. Es un trastorno difícil de diagnosticar y tratar.
  • Cistitis por fármacos quimioterápicos o por radiación.
  • Cistitis por cuerpos extraños. El uso prolongado de una sonda puede aumentar las probabilidades de sufrir infecciones bacterianas y daños en los tejidos.
  • La cistitis puede aparecer como una complicación de otros trastornos, como la diabetes, el agrandamiento de la próstata o las lesiones de la médula espinal.
  • Antecedentes de infecciones urinarias repetidas que han debilitado y dañado la vejiga.
  • Cistitis química: el uso de productos agresivos como espermicidas, productos de higiene íntima, sprays íntimos o baños de burbujas. Algunas personas pueden ser más sensibles a las sustancias químicas que se encuentran en esos productos.
  • Cistitis causadas por virus o por hongos como en el caso de las infecciones por cándida. La presencia de estos microorganismos no se detecta mediante un cultivo de orina, sino a través de otro tipo de pruebas específicas.

Para tratar las cistitis no bacterianas hay que identificar, en primer lugar, la causa concreta que ha irritado la vejiga y ha producido esa inflamación. Una vez comprendida la causa, el tratamiento de la cistitis no bacteriana tendrá como objetivos principales restablecer la salud normal de la vejiga reduciendo la inflamación y fortalecer las paredes de la vejiga para estén preparadas para futuros esfuerzos.

Referencias
https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/cystitis/symptoms-causes/syc-20371306
https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/cystitis/diagnosis-treatment/drc-20371311
Guía de Práctica Clínica. Cistitis no complicada en la mujer. C. Pigrau (2017). Revista de la Asociación Española de Urología. https://www.aeu.es/UserFiles/files/GUIA_ITU_2017_CAST_42_v04.pdf
https://www.dimann.com/es/revista/bienestar/cistitis-abacteriana-causas-y-tratamiento/

Lda. Eva del Álamo Romo
Licenciada en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid. Tras mi licenciatura, cursé el Master Propio en Farmacia Industrial y Galénica en la Universidad Complutense de Madrid. A día de hoy trabajo en Laboratorios Heel España, S.A.U. como Responsable de Farmacovigilancia suplente.
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