Aparición de eczema en la piel por el clima invernal

¡Qué frío tengo! El eczema de las manos es el chivato que me avisa que las temperaturas han caído de manera brusca. Tengo que salir de casa y no encuentro los guantes. Al menos voy a echarme la crema hidratante que me recomendaron en la farmacia para protegerlas de lo extremo del clima. Espero que no vaya a más porque no soporto el picor y esa imagen poco estética de las escamas en la piel.

La piel, en primera línea de defensa

La piel, además de ser el órgano más grande del cuerpo humano, es la principal barrera de protección frente a las agresiones externas. Del peso de nuestro cuerpo, supone alrededor del 16% del total. Pero la piel no es solo lo que perciben los demás. Es mucho más complejo… La piel cumple con numerosas funciones.

La piel alberga una gran variedad de células muy especializadas y que están perfectamente integradas en diferentes capas. Constituye la superficie de contacto con el medio externo y es lógico pensar que nuestros antepasados no hubiesen sobrevivido si esta no fuera capaz de movilizar una potente respuesta inmunológica. Y esta respuesta suele manifestarse cuando aparecen ciertas enfermedades.

La epidermis, que es la parte más externa de la piel, constituye una barrera física a la invasión microbiana. Está estructurada en múltiples capas formadas por células epiteliales especializadas que se llaman queratinocitos. La capa basal de estos queratinocitos está constantemente generando células en maduración que van ascendiendo y diferenciándose, formando esas diferentes capas hasta que llegan a la parte más externa.

Es en la capa superior, denominada estrato córneo, donde estas células mueren y forman una barrera impermeable que es rica en queratina y lípidos.

Además de formar esa barrera física, los queratinocitos responden activamente a los microorganismos patógenos y a las lesiones, produciendo péptidos antimicrobianos y varias citocinas que promueven y regulan las respuestas inmunitarias. Estas respuestas inmunitarias las inician los macrófagos, los mastocitos y las células linfocíticas innatas en la dermis. La piel humana normal contiene muchos linfocitos T.

Cuando se produce una alteración en los linfocitos, facilita una reacción inmunológica anormal que puede comprometer la integridad de la piel.

Aparición de eczema en la piel por el clima invernal: piel sensible - HeelEspaña

¿Qué es el eczema?

Tanto el término “eccema” como “eczema” están aceptados por la Real Academia de la Lengua. Su origen es griego, concretamente deriva de “ékzema” que significa, en una traducción literal, “ebullición hacia afuera” y hace referencia al proceso en sí.

El eccema es como se denomina de forma genérica a cualquier inflamación de la piel, es decir, a la dermatitis. Pero el eccema también es síntoma de alguna enfermedad sistémica.

Se trata de un proceso descamativo que suele ir acompañado de picor.

Aunque no se conocen con exactitud las causas de la aparición del eccema, parece claro que existe un factor genético importante, ligado a una alteración del sistema inmune que altera la función protectora de la piel.

¿Existe un solo tipo de eccema?

Existen diferentes tipos de eczema entre los cuales se pueden destacar:

Atópico

  • Es la forma más común. Puede cronificarse y alargarse en el tiempo

De contacto

  • Se produce cuando la piel entra en contacto directo con determinadas sustancias como la savia de algunas plantas, látex o metales…

Seborreico

  • Suele darse en personas con antecedentes familiares, piel grasa o con sobrepeso. Es habitual que aparezca en el cuero cabelludo y en la cara

Del pañal

  • Se entiende que es habitual en bebés y surge porque son zonas sometidas durante tiempo prolongado a condiciones de humedad y calor

Neurodermatitis

  • Un pequeño picor en la piel puede desencadenar una necesidad imperiosa por rascarse de manera insistente, provocando el eccema.
Aparición de eczema en la piel por el clima invernal: dermatitis - HeelEspaña

El único síntoma del eccema ¿es la descamación?

Los síntomas y las lesiones características del eccema van a ir cambiando en función de la evolución del proceso.

Comienza con un edema por debajo de la piel que puede pasar inadvertido pero que, a medida que aumenta, puede manifestarse en forma de ampollas o vesículas.

Estas ampollas pueden romperse y verter su contenido al exterior que al secarse da lugar a costras de fibrina.

El edema suele ir asociado a vasodilatación lo que dará lugar el enrojecimiento de la zona. Al mismo tiempo, este proceso inflamatorio provocará un acúmulo anómalo de queratinocitos que producirá descamación.

En procesos agudos, la recuperación no deja ninguna señal en la piel, pero en procesos crónicos se produce un engrosamiento de la epidermis que se denomina liquenificación por el aspecto que tienen.

Durante todo el proceso, el picor es el factor que empeora el eccema.

Los eccemas, según la edad, presentan diferentes localizaciones:

  • A los bebés les suelen aparecer en las mejillas.
  • Es común que los niños presenten estas áreas enrojecidas en la parte interior de los codos, muñecas y detrás de las rodillas; también es habitual que aparezcan en el cuello, tobillos y pies.
  • En mayores suelen localizarse en las manos, los pies y los párpados.
Aparición de eczema en la piel por el clima invernal: como afecta frio piel - HeelEspaña

¿El frío puede desencadenar un eccema?

Los factores que desencadenan un eccema varían de una manera importante de una persona a otra. Tenerlos identificados y evitarlos es la mejor opción preventiva ya que, por ejemplo, en determinados perfiles, cualquier cosa que provoque picor y la acción de rascarse es el inicio de una posible aparición de un eccema.

Entre los factores más comunes que pueden dar lugar a la aparición o empeoramiento de un eccema son:

  • Los tejidos ásperos
  • El estrés
  • Determinados productos de limpieza
  • El tipo de piel, si es seca peor
  • El polvo y las mascotas
  • Una infección en la piel
  • El humo del tabaco
  • El sudor y el calor excesivo
  • Ciertas sustancias químicas
  • El Polen
  • El clima frio y los ambientes secos

En invierno las condiciones del eccema pueden empeorar, especialmente las crónicas, porque con la disminución de la temperatura también se produce una vasoconstricción, sobre todo en las extremidades, lo que afecta negativamente a la síntesis de aquellas sustancias que forman la barrera cutánea, incluidos los lípidos, lo que hace que la piel esté más seca y susceptible a los agentes externos.

Sobre el clima no puedo actuar ¿Qué me propones?

Establecer una rutina básica de cuidado de la piel puede ayudar a prevenir, o al menos reducir la intensidad de los eccemas. Para ello:

  • Utiliza guantes, si el eccema es en las manos; la idea es proteger las zonas afectadas del frío. De esta manera se consigue que la zona lesionada se mantenga caliente.
  • Toma una ducha diaria, eso sí, con agua tibia, en lugar de caliente, y que no sea muy prolongada.
  • Haz uso de limpiadores o geles que no contengan jabón ya que pueden ser particularmente irritantes para la piel y olvida la esponja, ya que no es bueno frotar porque puede agravar el eccema.
  • Teniendo en cuenta esto último, a la hora de secarte es preferible que lo hagas con toques suaves.
  • La sequedad ambiental no es una buena compañera del eccema por lo que haz uso de los humidificadores para que el grado de humedad sea el adecuado.
  • Es evidente que la hidratación de la piel es parte indispensable del cuidado de la piel, tengas o no tendencia al eccema. Aprovecha la oferta de cremas hidratantes que te puede ofrecer el farmacéutico de confianza. Entre ellas, son muy interesantes aquellas cremas emolientes con ingredientes 100% naturales como el D-pantenol que protege la barrera de la piel y que junto con el cardiospermum y el aceite de semilla de ribes nigrum garantizan la hidratación y reducen los síntomas del eccema, más propensos en aquellas pieles sensibles, muy secas y/o con tendencia atópica.

¡Tápame que tengo frío!

BIBLIOGRAFIA
http://www.piel.com.ve/publicaciones/dermatosis_profesionales/capitulo_2.pdf

Ldo. José Manuel García Raboso
Licenciado en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid con la Especialidad de Bioquímica. Siempre ha estado unido al sector farmacéutico y al contacto directo con el cliente, bien en Oficina de Farmacia o en diferentes Laboratorios farmacéuticos como AstraZeneca, Salvat o Lacer.
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