La piel seca o xerosis es una alteración muy común que puede ocurrir en el seno de alguna enfermedad dermatológica como dermatitis atópica, psoriasis o ictiosis, o aparecer en la piel de las personas sanas.
Las manifestaciones de la piel seca son piel más mate, con menos brillo, descamación, arrugas más marcadas, sensación de tirantez en la piel y a menudo prurito (picor) que puede llegar a ser muy intenso. A veces, la piel puede llegar a agrietarse y sangrar.
Esto puede ocurrir en cualquier zona de la piel, pero es más frecuente en las zonas más periféricas, o sea en las manos, los pies, las piernas y la cara.
¿Cómo es la piel?
La piel está formada por tres capas, que de interior a exterior son la hipodermis, la dermis y la epidermis.
Para entender los procesos que llevan a producir xerosis o sequedad de la piel, nos tenemos que centrar en la epidermis.
La epidermis a su vez está formada por varias capas de células, que con el paso del tiempo se van cargando de una proteína que les confiere dureza y resistencia que es la queratina.
Las células jóvenes se sitúan en las capas más profundas y las células más viejas y más queratinizadas constituyen lo que llamamos la capa córnea.
Estas células van desplazándose hasta la superficie hasta que son eliminadas, es lo que denominamos “células muertas” y que podemos ver a veces, como escamas que se desprenden de la piel.
La renovación de las células se hace en un ciclo de aproximadamente 28 días. Podemos decir que prácticamente cada mes, estamos “estrenando” epidermis.
Si ese recambio se hace de manera más rápida, entonces vamos a ver las escamas que se desprenden que no son más que acúmulos de células queratinizadas.
¿Cómo se mantiene la hidratación?
La importancia de la epidermis respecto a la sequedad de la piel, es que aquí es donde se retiene una importante cantidad de agua.
Concretamente la retención de agua se hace en la capa córnea, que está formada por unas 20 hileras de células.
Esta capa córnea, en condiciones normales, debe contener entre un 10 y un 15% de agua. Cuando la proporción es inferior al 10% se habla entonces de xerosis cutánea.
La capa córnea presenta varias estructuras encaminadas a la retención hídrica, la primera es el manto hidrolipídico, es decir, una película de grasa y agua que reviste la piel en su parte más externa y que evita que el agua se “escape”.
Además, el manto hidrolipídico tiene un pH ácido (aproximadamente entre 4.7 y 5.7) lo que dificulta la colonización de microorganismos patógenos.
Otro mecanismo muy importante para mantener la hidratación de la piel es gracias a una proteína que fabrican las células cutáneas y que se llama filagrina.
La filagrina además de ser fundamental para fabricar la queratina, consigue retener el agua en las capas superficiales.
Se calcula que hasta un 15% de la población tiene un defecto genético en la fabricación de la filagrina, lo que puede condicionar la aparición de la sequedad.
En los pacientes con dermatitis atópica, el defecto de la filagrina es mucho más frecuente y no olvidemos que una de las principales manifestaciones de la dermatitis atópica es la sequedad en la piel.
Factores ambientales
Por tanto, la aparición de la xerosis tiene que ver en muchos casos con una predisposición genética y/o con una enfermedad dermatológica de base, pero que se va a ver agravada por la participación de algunos factores ambientales que enumeramos a continuación:
- Frío, viento y baja humedad ambiental
- Calor excesivo con sequedad ambiental. Efectivamente, las temperaturas extremas que se acompañen de poca humedad son la peor condición para la xerosis. En invierno, el frío de la calle se asocia al calor seco de las casas por la calefacción y se produce el peor escenario posible para la piel seca.
- Lavado excesivo: uso de jabones con pH inapropiado; uso de detergentes que dañan la capa lipídica; baños o duchas muy prolongados y con agua muy caliente.
- Envejecer también altera la estructura de la piel y favorece la sequedad.
Una rutina de cuidado facial ad
ecuada es esencial ya que la piel es la principal barrera protectora de nuestro cuerpo frente a las agresiones externas. Es muy importante no sólo para para el cutis adoptar una rutina diaria que ayude a eliminar las células muertas de la piel, evitar las impurezas y mantener su vitalidad.
Cuidados para una piel seca
¿Cuáles son entonces los cuidados que debe tener una piel seca en general y por supuesto la de la cara en particular?
Pues, en primer lugar, intentar evitar aquellos factores que empeoran el cuadro:
- Usar humidificadores en casa.
- Abrigarse bien en invierno, sobre todo usar guantes y bufanda, para evitar que las bajas temperaturas maltraten tu piel.
- No poner la calefacción muy fuerte.
- Darse baños o duchas cortos y con agua templada, no muy caliente.
- Secarse a golpecitos, sin frotar.
- Usar ropa de algodón y fibras naturales evitando eso sí, la lana.
- En muchas ocasiones se hace la recomendación de beber agua. Por supuesto que hay que beber agua , es imprescindible para mantener la salud. Pero en este caso, no se ha demostrado que haya una relación directa entre la ingesta de agua y la hidratación de la piel. Únicamente en casos de deshidratación grave, se produce una alteración en la piel.
- Evitar el tabaco. La nicotina tiene un efecto directo y lesivo sobre la piel.
Rutina facial diaria
Además, hay una serie de productos que deben formar parte de la rutina diaria de las personas con piel seca:
- Emoliente para después de la ducha. Es fundamental hidratarse la piel con un emoliente tras cada baño o ducha. Un buen emoliente tiene que tener en su composición aceites vegetales y ser fácil de aplicar, con una textura no grasa. Es importante decir que la eficacia de un emoliente tiene que ver mucho con la constancia: debe usarse siempre, después de cada baño. El baño por sí puede aumentar la sequedad, pues el contacto del agua con la piel induce aún más la xerosis por evaporación, solamente usando el emoliente tras cada baño se consiguen los efectos beneficiosos.
- Cremas para aplicar en las zonas de mayor sequedad, con ceramidas y sustancias que contribuyan a disminuir la pérdida de agua transepidérmica, como por ejemplo la ectoína.
- La exfoliación es conveniente para ayudar a retirar las células muertas, pero debe hacerse con productos suaves y mejor si son con base en aceite. Se puede hacer una vez cada dos semanas.
- Todos los días se puede aplicar, sobre todo en la cara, serum con vitamina C o con retinol. Hay que tener en cuenta que el retinol puede producir sensación de picor en pieles sensibles.
- Hay cremas hidratantes y nutritivas formuladas para la piel de la cara que son imprescindibles y debes incorporar en tu rutina facial.
- Nunca se debe olvidar el protector solar. Además de que la radiación ultravioleta puede resecar más la piel, es que hay que tener en cuenta que la sequedad produce una alteración en la barrera de la piel, lo que hace que las capas profundas estén más expuestas a las agresiones externas.
Por último, decir, que si la sequedad es excesiva o aparecen grietas, erupciones u otras lesiones, es necesario acudir a un profesional sanitario que pueda evaluar el caso y recomendar los productos específicos más convenientes.
Bibliografía
https://medlineplus.gov/spanish/ency/patientinstructions/000751.htm
https://mejorconsalud.as.com/cuidados-naturales-para-la-piel-seca/
http://dermatologia.cat/es/informacion-para-pacientes/consejos-practicos/como-hidratar-la-piel/
https://www.elsevier.es/es-revista-farmacia-profesional-3-articulo-xerosis-mas-alla-piel-seca X0213932415344801#:~:text=La%20soluci%C3%B3n%20m%C3%A1s%20efectiva%20a,corregir%20los%20niveles%20de%20l%C3%ADpidos
https://www.actasdermo.org/es-xerosis-articulo-S0001731008761714
