Descanso activo… Suena raro porque siempre he relacionado el descanso con la ausencia de actividad. Pero ahora que se acercan “fechas de propósitos”, lo mismo es algo que he de tener en cuenta, no vaya a ser que con el comienzo de año y el “ahora sí que sí”, “de este año no pasa” y “voy a apuntarme al gimnasio”… una lesión inoportuna trastoque todos mis planes del nuevo año.
El sedentarismo no es sinónimo de descanso
El cuerpo humano está diseñado para moverse. Cada uno de nuestros músculos cumple con una función que, en la mayoría de los casos, nos permite realizar un desplazamiento.
Sin embargo, los supuestos grandes progresos de la humanidad han traído consigo un estilo de vida más sedentario.
Se entiende por sedentarismo al modo de vida que carece de movimiento o de la necesaria actividad física.
Parece un problema menor, pero al menos un 60% de la población mundial no realiza la actividad física necesaria para una buena salud. De hecho, la OMS lo identifica como uno de los grandes problemas de salud pública.
Las consecuencias del sedentarismo están directamente relacionadas con el riesgo de padecer ciertas enfermedades. Entre ellas, el sobrepeso, aumento de colesterol, riesgo de enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, insomnio, enfermedades neurodegenerativas…
Merece la pena hacer ejercicio regularmente
Hacer ejercicio con regularidad es parte importante de un estilo de vida saludable. Llevar una vida activa condiciona una menor probabilidad de enfermar y mayor probabilidad de una vida más duradera.
Hacer ejercicio implica tener un mejor estado físico, mejor salud mental y una sensación de bienestar general.
Mantenerse físicamente activo puede ayudar a:
- Prevenir enfermedades como cardiopatías y accidentes cerebrovasculares. Además, ayuda a reducir la presión arterial elevada y a mejorar el equilibrio del colesterol.
- Aumenta la densidad mineral ósea en los niños y retrasa la degeneración ósea en los adultos
- Ayuda a controlar la diabetes y a prevenirla
- Previene y ayuda a tratar las enfermedades mentales como la depresión o la ansiedad.
- Reduce el estrés y ayuda a controlar el peso
Es importante destacar que el ejercicio no tiene edad y existe una actividad idónea para cada época de la vida.
Un único hándicap… El riesgo de las lesiones
En definitiva, la actividad física es salud. Sin embargo, cuando se parte de cero o hace mucho tiempo que no se practica, hay una serie de errores que pueden conducir a una lesión:
- A veces, se piensa que la manera de compensar los “años no ejercitados” es sobretrabajando. Si no conocemos nuestros ritmos y capacidades y pretendemos hacer ejercicio como las personas más expertas puede dar lugar a la desmotivación y, por supuesto, a una lesión por el esfuerzo excesivo.
- El ejercicio debe incluir el descanso. De nada sirve hacer toda la actividad física sin pararnos a descansar. Es importante conocer y respetar los tiempos de descanso.
- Hay que prestar especial atención a la técnica correcta de ejecución del ejercicio porque puede que nuestro esfuerzo sea poco efectivo, además de lesionarnos.
- Cuando se parte de cero, es importante el personalizar los ejercicios a realizar de la mano de un experto y no confiar en esas tablas de ejercicios genéricas que surgen en las redes sociales. Cada persona es un mundo.
- Los estiramientos forman parte de la práctica de cualquier actividad física y no hay que olvidarlos. Antes y después de cada sesión de ejercicios, hay que realizarlos adecuadamente.
El descanso activo, una herramienta muy útil para no perder la forma tras una lesión
El descanso activo se contrapone al descanso pasivo que consiste en la inactividad completa en los días que no se realiza ejercicio.
Con el descanso activo no se para. Seguimos ejercitándonos, pero no del mismo modo. En este tipo de sesiones se procura bajar la intensidad y una duración no más allá de unos cuarenta minutos.
De esta manera se consigue un aporte extra de oxígeno y nutrientes a nuestros músculos y, al tratarse de ejercicios de menor intensidad, favorece una rápida recuperación.
Entre los beneficios del descanso activo hay que destacar:
- La reducción del riesgo de contraer lesiones
- Aumento del rendimiento en los días posteriores a una lesión
- Reduce el estrés
- Reduce el dolor muscular
- Es la mejor manera de “descansar” sin perder la forma física
¿Qué puedo hacer en los días de descanso activo?
En los días de descanso activo, prueba con:
- Ejercicio aeróbico ligero
Actividad, pero de menor intensidad - Yoga
Posturas que contribuyen a una pronta recuperación y estiramientos adecuados - Trabajo con peso ligero
Un menor peso te permite concentrarte mejor en la correcta ejecución - Entrenamiento cruzado
Combina disciplinas, pero a una intensidad moderada. - Tanto en períodos de actividad intensa como en períodos de descanso activo, confía en tu farmacéutico el cual te recomendará geles a base de plantas medicinales que contienen árnica, caléndula, hamamelis y plantago entre otras que ayudará a reducir la tensión y fatiga muscular en un gran número de lesiones deportivas.
La única forma de mantenerse constante con el entrenamiento es asegurarse siempre de que tu cuerpo esté listo para comenzar. El descanso activo y la recuperación ayudarán a que eso suceda. Es muy probable que te anime el ejercicio y el mantenimiento de una rutina.
Keep moving!
BIBLIOGRAFIA
https://www.cafyd.com/REVISTA/art4n3a06.pdf
