Casi ocho de cada diez personas en nuestro país padecen algún defecto visual. La presbicia o vista cansada, miopía y el astigmatismo son los problemas visuales más comunes entre los españoles. Pero están a nuestra disposición dispositivos de corrección ocular: las gafas o las lentillas. Estas últimas, en las últimas décadas, han evolucionado mucho, utilizando materiales que permiten un mayor número de horas de utilización.
Eso sí, su uso no está libre de riesgos pudiendo producirse diversas complicaciones asociadas con su utilización. Pero siguiendo una serie de recomendaciones, no tienen por qué producir molestias las lentillas.
Qué son las lentillas o lentes de contacto
Las lentes de contacto o lentillas son unas estructuras transparentes y en forma de cuenco que se adaptan a la forma de la córnea. Están hechas de diferentes materiales, que les dan una consistencia rígida o blanda.
Se usan, generalmente, para corregir defectos refractivos como son la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo.
Beneficios de usar lentillas
Desde que se inventaron las lentes de contacto, son muchas las personas que se han beneficiado con su uso. Son múltiples las ventajas visuales que nos pueden brindar.
- Estética. Es uno de los principales motivos que lleva a la gente a utilizar lentillas. Sobre todo, las mujeres, que eligen su uso por puros motivos estéticos y alegan que no les gusta cómo les quedan las gafas.
- Normalmente, no se caen, ni se empañan ni se mojan con la lluvia. En invierno suelen empañarse mucho las gafas, así que las lentillas nos ayudarán mucho.
- Para todas aquellas personas que realizan ejercicio físico, les suele resultar más cómodo y práctico utilizar lentillas. Además, al ajustarse mejor al ojo, las lentillas permiten tener un campo de visión completo, incluyendo una visión más periférica a la que ofrecen las gafas.
Causas principales de las molestias por lentillas
Es imprescindible, en cuanto se plantea el uso de lentes de contacto, realizar un estudio previo de las características del ojo que asegure, no solamente una buena adaptación de las lentes, sino la ausencia de efectos adversos. Como hemos visto, su uso trae numerosos beneficios, pero, igualmente, pueden provocar molestias las lentillas si no se utilizan adecuadamente o no nos adaptamos correctamente a ellas.
Entre los síntomas que nos pueden hacer sospechar que algo no va bien con nuestras lentillas se encuentran la visión borrosa, enrojecimiento inusual del ojo, dolor, lagrimeo o secreciones, mucha sensibilidad a la luz e, incluso, tener sensación de que se tiene algo en el ojo.
Pero en esta ocasión nos centramos, principalmente, en el ojo seco, que es una de las patologías más frecuentes que se encuentran en las consultas oftalmológicas y, entre otros factores, el uso de las lentillas puede provocar esa sequedad en el ojo.
Ojo seco
El ojo seco es una patología multifactorial y frecuente, sobre todo en la población de edad avanzada y en mujeres después de la menopausia. Sus síntomas son variables e incluyen sensación de arenilla o de cuerpo extraño, visión borrosa e incluso dolor.
Los síntomas de ojo seco pueden ser muy molestos para los pacientes y pueden interferir y afectar su calidad de vida, porque el deterioro de la función visual afecta a actividades cotidianas, como leer, conducir o usar ordenadores.
Los factores de riesgo de esta patología pueden dividirse en modificables y no modificables. En cuanto a los no modificables se encuentran edad, el sexo femenino o la raza asiática. Y, en relación con los factores modificables, destacan: la deficiencia de andrógenos, el uso de ordenadores, el tratamiento hormonal sustitutivo, factores ambientales como la contaminación o la sequedad ambiental, ciertos fármacos como los antidepresivos y también, dentro de estos factores modificables, se encuentra el uso de lentes de contacto.
En cuanto a su tratamiento, puede resultar de gran utilidad usar sprays oculares a base de Panthenol, ecitina o la vitamina E, componentes cuya acción consigue restaurar la película hidrolipídica lagrimal y su función como barrera fisiológica.
Cuerpo extraño
La sensación de cuerpo extraño o tener arenilla en el ojo es un síntoma cada vez más común en las consultas. Sí, las lentillas nos pueden hacer sentir así, pero no es el único motivo. La fatiga visual, la sequedad ocular, alteraciones en el párpado o el uso prolongado de pantallas incrementan esta sensación subjetiva.
Irritación de los ojos
No es normal tener los ojos rojos y si los tienes por usar lentillas, deberías acudir al oftalmólogo.
Remedios para evitar las molestias causadas por las lentillas
No hay trucos milagrosos. Haciendo un uso responsable, evitaremos las incómodas molestias de las lentillas. Una correcta manipulación y, sobre todo, adecuada limpieza, serán nuestros mejores aliados en su uso.
Lávate las manos antes de tocar las lentillas
Hazlo antes de manipular las lentillas. Así evitarás que cualquier tipo de suciedad entre en contacto con los ojos. Hazlo con un jabón neutro y, después, seca muy bien la humedad para que no quede agua en las lentillas. Para ello, se recomienda utilizar una toalla que no deje hilos o pelusas que se puedan transferir, ya que serán una gran molestia si entran en contacto con el ojo. Tienes que secarte también los dedos para evitar que las lentillas se te resbalen cuando te las vayas a poner.
Limpia las lentillas
Los sistemas de mantenimiento de las lentes de contacto son un producto sanitario que surge como necesidad a la limpieza y desinfección de las mismas. Por otro lado, dependiendo de las características del material de la lente de contacto, se usará un sistema de mantenimiento u otro. De ahí que sea recomendable utilizar el producto que te haya recomendado el profesional de la visión.
Reemplaza las lentillas
Aunque no las hayas utilizado todos los días, no conviene usarlas más tiempo del indicado por el fabricante. Son desechables porque, aun limpiándolas diariamente, existen depósitos y lípidos que se adhieren en las lentillas.
No las uses en la playa
Ni en deportes acuáticos o en la piscina.
No duermas con ellas
Y, además, no debes usarlas más de 8 o 10 horas seguidas.
Haz revisiones periódicas
Aunque veas bien con las lentillas, debes ir a tu centro óptico para realizarte una revisión anual y comprobar tu salud ocular además de tu visión.
Cómpralas en sitios fiables
Las lentillas son un producto sanitario y deben ser prescritas por un profesional. Asegúrate de que están homologadas por los organismos correspondientes.
Otras buenas prácticas para evitar molestias
- No uses las lentillas más horas de las indicadas.
- Ponte las gafas si estás resfriado, enfermo o con fiebre.
- Si te empiezan a provocar molestias las lentillas, no fuerces su uso. Así como tampoco se deben usar cuando el ojo está rojo o inflamado. En cuanto empieces a notar cierta incomodidad, retira la lentilla y consulta con el especialista.
- Nunca enjuagues las lentillas con agua del grifo, saliva o líquidos no estériles.
- Utiliza solo los productos de limpieza recomendados. Olvídate de probar las lentillas de otra persona, ni siquiera las cosméticas.
Preguntas frecuentes con el uso de lentillas
Aunque las lentillas son una opción muy cómoda y segura que te permite ver mejor y, dejándote asesorar por el profesional, es habitual tener ciertas dudas sobre su uso.
¿Duele ponerse las lentillas?
No, las lentillas están fabricadas por especialistas que ofrecen total comodidad y confort a tus ojos.
¿A qué edad pueden usarse?
La edad recomendada de uso son los 6 años. Las lentillas se adaptan a cualquier paciente y, en el caso de los niños, ocurre lo mismo. Además, puede resultar más útil su uso en edad pediátrica para evitar que, con cualquier caída o practicando cualquier deporte, se rompan los cristales o las monturas de las gafas si sufren cualquier caída.
¿Las lentillas caducan?
Sí, por lo que debes desecharlas. La fecha de caducidad de todas las lentillas oscila entre el año y los tres años desde que fueron fabricadas. Y si las lentillas caducan, lo mismo les ocurre a las soluciones de limpieza de las mismas. No te arriesgues porque se contaminan con facilidad y puede provocarte infecciones de córnea o cualquier otra enfermedad ocular.
¿Todas las personas pueden utilizar lentillas?
Son muchos millones de personas que utilizan lentillas en el mundo, pero puede que no todas puedan utilizarlas. Hay algunas razones por las que hay personas que no pueden utilizarlas, como si se tiene tendencia a contraer infecciones oculares, aquellas que tienen alergias graves, las que trabajen o viven en zonas con mucho polvo o las que crean que no van a poder cuidar bien las lentillas.
