¿Beber mucha agua es malo?

Es indudable que el agua es un componente esencial para el mantenimiento de la vida. Es un nutriente esencial que interviene en prácticamente todas las funciones del organismo. Y debe formar parte de la alimentación. Pero, ¿cuánta agua hay que ingerir? ¿Y beber mucha agua puede ser perjudicial para nuestra salud?

Hiponatremia: consecuencia de beber mucha agua

La hiperhidratación, mucho más rara que la deshidratación, sobreviene cuando se consume más agua de la que nuestro organismo puede eliminar.

En condiciones normales, una persona sana en la que sus órganos funcionan con normalidad podría beber hasta 7.5 litros de agua al día. Si se superaran estos valores, se produciría una excesiva dilución de sodio en la sangre provocando una hiponatremia.

Se trata de un trastorno hidroelectrolítico en el que baja el nivel de sodio en sangre. Esta intoxicación cursa con cefaleas, náuseas, vómitos, contracciones musculares, visión borrosa y convulsiones. Incluso, se han documentado muertes de deportistas tras ingerir grandes cantidades de agua sin reposición de electrolitos y sin pausas para excretar, como les puede pasar a atletas de maratones o grandes distancias.

No es el único problema que puede acarrear beber mucha agua. Los riñones también se pueden ver afectados. Este órgano puede verse “abrumado” con el exceso de agua que tiene que filtrar y esto puede provocar, a largo plazo, problemas renales.

Como hemos comentado, deportistas, atletas, futbolistas, corredores de maratones o personas que hacen actividad física regular tienen mayor riesgo a padecer estos problemas por beber mucha agua. Pero nadie está exento.

Muchas otras personas ponen en riesgo su salud por desinformación. Creen que beber litros y litros de agua les ayudarán en su propósito de adelgazar o mantener una piel sana. Y, lo que realmente consiguen, es poner en riesgo su salud.

¿Beber mucha agua es malo?: beber mucha agua - HeelEspaña

Entonces, ¿cuánta agua hay que beber?

La estimación de las necesidades de agua es compleja, pues estas dependen de muchos factores endógenos y exógenos. Perdemos agua todos los días a través de la respiración, al orinar, con la transpiración, al defecar e, incluso, se requiere una cantidad de agua suficiente para realizar el inicio del proceso de la digestión.

Por ello, y sabiendo que el agua es esencial, debemos reponer esta pérdida de agua con una cantidad media de dos litros al día, unos 8 vasos de agua al día. Pero hay que tener en cuenta que esta cantidad también dependerá de las condiciones climáticas y de la sed que se tenga en un momento determinado.

Normalmente, la sensación de sed, que nos invita a beber, permite satisfacer nuestras necesidades de agua, pero no siempre ocurre así. Puesto que el mecanismo de la sed aparece cuando el proceso de deshidratación ya se ha iniciado, es aconsejable beber, incluso, aunque no se tenga sed.

No solo bebiendo agua conseguimos la hidratación adecuada

Las ingestas adecuadas de agua se refieren a la ingesta total de agua, incluyendo el agua de bebida tanto del grifo como embotellada, que debe ser la parte más importante.

Pero también se incluye el agua que contienen los alimentos como frutas y verduras, y toda clase de bebidas, entre las que se encuentran la leche, caldos, zumos, infusiones o refrescos.

Se asume que la contribución de los alimentos a la ingesta diaria total de agua es de un 20-30%, mientras que el 70-80% procede de las bebidas.

Debes considerar que el agua es un alimento, un componente más de nuestra dieta, contribuyendo al aporte de algunos nutrientes y mejorando también el valor gastronómico de las recetas culinarias de las que forma parte.

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No todos necesitamos la misma cantidad de agua

Los requerimientos de agua del ser humano están estrechamente relacionados con numerosos factores endógenos y exógenos:

  • La edad. Sobre todo, en niños y ancianos. Por un lado, los niños, particularmente los lactantes y los niños más pequeños, tienen un mayor riesgo de deshidratación que los adultos. En el caso de los ancianos, el mecanismo de la sed se deteriora, por lo que las personas mayores no sienten la necesidad de beber. Esto puede provocarles un grado de deshidratación importante.
  • El tamaño corporal. De él depende la superficie de evaporación.
  • Patrón dietético de cada persona.
  • Problemas digestivos, como vómitos y diarreas.
  • Temperatura y humedad. A medida que esta se incrementa, se precisarán más líquidos.
  • La actividad física. Tiene mucha influencia en la pérdida de líquido por el sudor.
  • U otras situaciones fisiológicas especiales como el embarazo o lactancia materna.
¿Beber mucha agua es malo?: sintomas deshidratacion - HeelEspaña

¿Y qué pasa si no ingiero la suficiente agua?

La deficiencia de agua provoca deshidratación. Esta se entiende como el proceso en el cual las pérdidas de agua son superiores a las ingestas y conducen eventualmente a una condición de déficit de agua.

Existe mayor riesgo de deshidratación cuando la temperatura ambiental es muy elevada, se realiza ejercicio físico intenso y si existen diarreas, vómitos, infecciones, fiebre o alteraciones renales.

Hay que tener cuidado con deshidratarse, porque provoca:

  • Mal funcionamiento de nuestro cuerpo. Es fundamental que nuestro organismo esté hidratado para funcionar de manera óptima. Si no mantenemos líquido suficiente en nuestro cuerpo provocará que funciones esenciales como la circulación de la sangre no se realicen adecuadamente. Y, con ello, nuestros órganos no recibirán los nutrientes adecuados haciendo que su rendimiento no sea ni adecuado ni eficiente.
  • Perjudica a nuestro estado de ánimo. Es normal que cuando no se bebe suficiente agua, la persona se siente más cansada, de mal humor e, incluso, irritable.
  • Productividad. Puede que la falta de agua te haga no rendir, afectarte en la toma de decisiones y disminuir tu concentración. Puede generar, además, que tu capacidad de aprendizaje, memoria o atención se vean disminuidas.

Frente a una deshidratación, deben reponerse gradualmente las aportaciones hídricas, con la ingesta repetida de pequeñas tomas de alimentos de gran contenido hídrico, infusiones y agua.

También pueden utilizarse soluciones de rehidratación oral.

Referencias
https://www.revistanefrologia.com/es-doctor-cuanto-debo-beber-articulo-X0211699514054909

Lda. Laura Arbeloa Jiménez
Licenciada en Periodismo por la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid. Actualmente trabajo en Heel España realizando diferentes funciones de comunicación corporativa y marketing.
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