Sensación de arenilla, fatiga ocular que te entorpece para leer o conducir, visión borrosa o sensibilidad a la luz son algunos de los síntomas que refieren las personas con el síndrome del ojo seco.
El ritmo de vida actual ha convertido a este síndrome en el principal motivo de consulta al oftalmólogo debido al esfuerzo visual que comporta el uso de ordenadores, dispositivos móviles horas de televisión e, incluso, el uso de lentillas.
¿Qué es el síndrome de ojo seco?
El síndrome de ojo seco, que afecta al 20% de la población, es una enfermedad ocular que consiste en una disminución en la cantidad o calidad de las lágrimas.
Suele afectar a los dos ojos y causa irritación. Esto sucede cuando las glándulas lacrimales localizadas en los párpados superior e inferior no producen suficientes lágrimas o no producen lágrimas de la calidad adecuada.
El síntoma más frecuente es la sensación de cuerpo extraño. También se habla de ardor, prurito, secreción excesiva de moco, no poder secretar lágrima, sensación de quemadura, fotosensibilidad, dolor, visión borrosa e, incluso, la inhabilidad de mover los párpados.
La lágrima y el parpadeo
Las lágrimas se producen de manera permanente y su función es mantener limpia e hidratada la superficie del ojo. Además, nutren la parte externa de la córnea y actúan como lubricante para facilitar el movimiento de los párpados.
Su producción aumenta cuando sufrimos agresiones externas como cambios bruscos de temperatura, cuando nos entra un objeto extraño en un ojo –como una mota de polvo, polen o un insecto– o por motivos psíquicos, como ver una película que nos emocione o sufrir por la pérdida de un ser querido.
Cada vez que parpadeamos producimos lágrima, reducimos su evaporación y la extendemos sobre la superficie del ojo. Por eso es tan importante el parpadeo.
¿Cuáles son las causas del síndrome del ojo seco?
El síndrome del ojo seco tiene muchas causas, de ahí que afecte entre un 15 y un 30% de la población y que vaya en aumento. Pero queremos destacar las más comunes:
Envejecimiento
Cuando vamos cumpliendo años, el flujo de lágrimas va disminuyendo. Un dato que demuestra este hecho es que las personas mayores de 65 años son las que más sufren de sus síntomas.
Uso de lentillas
Las lentes de contacto son una de las principales causas de ojo seco, al disminuir la sensibilidad corneal y favorecer la evaporación de la lágrima. Por ello, las personas que necesitan usar lentes de contacto pueden notar los síntomas más pronunciados, sobre todo, cuando las lentillas empiezan a resecarse.
Excesivo uso de pantallas
Un dato: cuando miramos de lejos, parpadeamos unas 17 veces por minuto y, cuando fijamos la vista, parpadeamos menos de 5 veces por minuto. Por tanto, el ojo se seca. Así que con el uso de ordenadores, dispositivos y tabletas en jornadas maratonianas provoca que no parpadeemos lo suficiente a lo largo del día.
Otras situaciones como conducir, coser o escribir nos hacen concentrarnos en estas tareas y dejar de parpadear y no segregar lágrima.
Si a esto le incluimos que la actividad que realizamos es muy interesante o estresante, parpadearemos mucho menos. De ahí que el síndrome de ojo seco se esté incrementando en los niños, porque se pasan muchas horas de la pantalla viendo, por ejemplo, vídeos o jugando a videojuegos, y esto les provoca que parpadeen menos o que o hagan de manera incompleta o parcial.
Factores ambientales
Las personas expuestas al humo, la contaminación ambiental, la altitud, condiciones de mucho sol, viento, aire frío o seco, tienen más riesgo de padecer el síndrome de ojo seco.
Los viajes frecuentes en avión o en otros transportes climatizados también son factores predisponentes o desencadenantes del ojo seco.
Toma de medicamentos
Otra causa de padecer el síndrome del ojo seco son los medicamentos que tomamos por vía oral o los que podemos aplicar directamente en los ojos. Entre estos destacamos los psicotrópicos, como las benzodiacepinas y los antidepresivos tricíclicos, antihistamínicos orales, los diuréticos, antitusivos y otros opiáceos.
Estrés
El estrés también causa que parpadeemos menos, que durmamos menos o que comamos comida menos saludable. Y, precisamente, no llevar una dieta sana, dormir poco y parpadear menos de lo que debemos son las circunstancias que promueven la aparición del ojo seco.
Hormonas
Debido a cambios hormonales causados por el embarazo, las píldoras anticonceptivas y la menopausia, las mujeres tienden a desarrollar ojos secos.
Las diferentes variantes del síndrome de ojo seco
Podemos dividir el síndrome de ojo seco en dos grupos:
- Ojo seco por déficit de la capa acuosa de la lágrima. Es decir, existe una falta de la cantidad de lágrima.
- Ojo seco por alteración en la evaporación de la misma. Cuando se da este tipo de ojo seco, la lágrima se evapora rápidamente.
- Tipo mixto. Que es la más común y es el tipo que se produce porque hay un déficit de la capa acuosa y de la capa lipídica.
Consejos para aliviar los síntomas del ojo seco
No hay ningún tratamiento que cure de forma definitiva el ojo seco. Pero sí se pueden aliviar sus molestias y prevenir lesiones en los ojos. Entre estas medidas de higiene y protección se encuentran:
- No te pongas directamente frente a corrientes de aire directas, como los ventiladores y evita conducir con la ventana abierta.
- Los ambientes secos, como los que proporcionan el aire acondicionado o la calefacción, no ayudan con este síndrome.
- Olvídate también de estar en ambientes con mucho polvo o con humo de cigarrillo.
- Usa gafas, mejor con protección ultravioleta, si vas a estar expuesto al sol o el viento.
- Cuando trabajes delante del ordenador, de la Tablet o el móvil evita hacerlo por tiempo prolongado. Haz descansos breves durante el día, parpadea con frecuencia e intenta poner la pantalla por debajo de la mirada.
- Alimentación saludable. Son muchos los alimentos que benefician a la salud ocular: naranja, zanahoria, maíz, tomate o brócoli. También resulta interesante el consumo de alimentos que contengan Omega 3. Este ácido graso está presente en pescados como la sardina, el boquerón o el salmón. Los alimentos ricos en vitamina B12 también te ayudarán con el ojo seco. Y los pescados azules (salmón, atún, bonito, caballa, anchoa, boquerones, arenques…) son también ricos en colina, fosfatidilcolina y lecitina, así como las nueces, las almendras, las vieiras, el bacalao, las coles de Bruselas, el brócoli, las espinacas, la coliflor, los espárragos o el chocolate negro. Y, por supuesto, debes evitar el alcohol y el tabaco.
- Usa sprays oculares con ingredientes como el pantenol, que te aportará un efecto hidratante al párpado y al contorno del ojo, y con vitamina E, con efecto antioxidante que te ayudarán a restaurar la película hidrolípica lagrimal y que te proporcionarán, rápidamente, alivio de las molestias causadas por su alteración.
Referencias
https://www.sanidad.gob.es/eu/biblioPublic/publicaciones/docs/ojo.pdf
https://www.elsevier.es/es-revista-medicina-familia-semergen-40-articulo-sindrome-del-ojo-seco-factores-S1138359313001263
