El estreñimiento es una de las afecciones más comunes. Puede constituir una enfermedad como tal o ser un síntoma asociado a otra patología. Pero, en una gran parte de los casos, se trata de la consecuencia de una dieta inadecuada o de unos malos hábitos alimenticios. Sin embargo, los pacientes piensan en tomar un laxante para acabar con ese síntoma tan incómodo y no siempre es la mejor solución.
Importancia de una vida saludable
Para tener un tránsito intestinal adecuado hay que tener una ingesta de fibra de unos 20-40 gr diarios. La dieta mediterránea se acerca bastante a este estándar. Sin embargo, la dieta occidental es una dieta baja en fibra. Y, no nos engañemos, por desgracia en España nos estamos alejando de la dieta mediterránea para acercarnos cada vez más a la dieta occidental. Que está más basada en productos cárnicos e hidratos de carbono refinados y con poca ingesta de vegetales.
También la práctica habitual de la actividad física es necesaria para regular el movimiento intestinal y se sabe que el sedentarismo es un factor clave para favorecer el estreñimiento.
La hidratación es el tercer factor a tener en cuenta. Las heces necesitan hidratarse para tener una consistencia adecuada. Las heces demasiado secas se vuelven duras y son difíciles de expulsar. Además, el agua es necesaria para que la fibra aumente de volumen y favorezca el peristaltismo intestinal. Casi todo el mundo conoce la recomendación de beber al menos 2 litros de agua al día. Sin embargo, un porcentaje demasiado alto de la población no llega ni al litro diario.
¿Se cumplen estas pautas?
Todas estas pautas parecen sencillas, simplemente, comer de manera habitual fruta y verdura, hacer algo de ejercicio diario y beber un mínimo de litro y medio de agua a lo largo del día. Con esto, un importante porcentaje de las personas que sufren estreñimiento, experimentarían una mejoría considerable.
Pero, ¿realmente estas personas han intentado seguir estas recomendaciones?
Los expertos tienen serias dudas al respecto y estas dudas están basadas en las elevadas cifras de consumo de laxantes que presenta España. Durante el año 2016, se vendieron 18.5 millones de unidades lo que supuso un importe de 81 millones de euros.
De estas cifras se deduce, que la mayoría de los afectados por estreñimiento, prefieren lo que entienden como una solución rápida y fácil, a estar cuidando cada día su alimentación y sus hábitos.
¿Tomar un laxante es la solución?
Pero entonces la pregunta es esta ¿son los laxantes realmente una solución para el estreñimiento? ¿Podemos decir que son inocuos? La respuesta a ambas preguntas es NO.
Tomar un laxante no es una solución para el hábito estreñido.
Son una solución puntual para resolver determinadas situaciones:
- Cuando han pasado varios días sin ir al baño.
- Se siente malestar
- Si, por el efecto de la medicación, se ha alterado el tránsito intestinal de una manera muy importante.
- En pacientes encamados
Siempre se trata de indicaciones concretas y siempre un uso en un corto periodo de tiempo. A medio o largo plazo no resuelven el problema del estreñimiento, sino que pueden perpetuarlo.
Se debe, en parte, por el mecanismo de acción de alguno de ellos. Pero, en todos los casos, porque el paciente piensa que con la toma de ese producto ya está todo solucionado y no necesita atender a su alimentación ni a su hidratación.
Grupos de laxantes
Pero, aunque estemos hablando de manera general, existen distintos tipos de laxantes con características y usos distintos. Veamos cuales son los distintos grupos:
Agentes formadores de volumen o mucílagos
En este grupo se encuentran el plantago o la metilcelulosa. Actúan de manera parecida a la fibra dietética. Requieren ser administrados con una cantidad abundante de agua, pues su efecto ocurre cuando se hidratan. Esto hace que las heces aumenten de volumen y estimulen el peristaltismo intestinal. Son los más fisiológicos.
Tienen la ventaja de actuar como si el paciente hubiera ingerido fibra en su alimentación.
Pero, eso sí, requieren que el paciente adquiera el hábito de beber agua y tienen el peligro de que la persona piense que, como ya toma fibra, ya no es necesario tomar fruta y verdura en la alimentación. Esto no es así, puesto que estas, además de fibra, también proporcionan multitud de vitaminas y minerales que son necesarios para un buen estado de salud.
Laxantes osmóticos
Se trata de sustancias que no son absorbidas en el intestino. De esta manera llegan al colon y allí son capaces de atraer agua, que se mezcla con las heces aumentando su volumen y disminuyendo su consistencia.
Dentro de los laxantes osmóticos podemos distinguir entre:
- Laxantes salinos. Son los compuestos por sales de magnesio o sodio. Se utilizan muy a menudo para producir una limpieza intestinal. Por ejemplo, ante una colonoscopia.
- Laxantes derivados de azúcares no absorbibles. Entre estos se encuentra el macrogol, la lactulosa o el lactitiol. Suelen emplearse cuando el tratamiento con fibra no es suficiente o cuando se quiere evitar el esfuerzo defecatorio, por ejemplo después de una cirugía o durante el embarazo. El efecto secundario más habitual de los azúcares no absorbibles es la producción de gas intestinal.
Agentes de contacto o laxantes estimulantes
Estas sustancias, entre las que se encuentra el sen, la cáscara sagrada o el bisacodilo, son los menos recomendados. Pero, sin embargo, son los más solicitados por los pacientes y los más vendidos actualmente en España.
Estas sustancias actúan directamente sobre las terminaciones nerviosas intestinales.
Esto hace que se estimule el peristaltismo intestinal, es decir su movimiento y, por tanto, que las heces sean evacuadas. El problema es que a medio y largo plazo producen habituación y atonía del colon, lo que perpetúa el estreñimiento.
Su uso frecuente o prolongado está totalmente desaconsejado y deben emplearse solamente para resolver situaciones puntuales.
Agentes emolientes o reblandecedores de heces
Se trata de aceites minerales como el aceite de parafina. Al mezclarse con las heces producen un reblandecimiento de estas. Están indicados en personas encamadas y ancianos en los que existe el peligro de obstrucción intestinal por acúmulo de heces.
Preparados de uso rectal como supositorios de glicerina o enemas
Los enemas se utilizan en pacientes con heces acumuladas en los tramos finales del intestino grueso. Se utilizan de manera puntual para resolver el acúmulo.
Los supositorios de glicerina son útiles en niños y en ancianos. Estimulan la evacuación y tienen, además, un efecto lubricante. Son útiles para que el paciente adquiera un hábito intestinal. Sin embargo no son un tratamiento que deba utilizarse de manera continuada para el estreñimiento.
Conclusiones
Para finalizar y a modo de resumen, decir que el uso continuado de laxantes no es apropiado, especialmente los de contacto. Los laxantes pueden utilizarse de manera puntual y estableciendo el tipo más adecuado según el caso del que se trate.
La fibra siempre es la ayuda más fisiológica y más adecuada, aunque tomar fibra nunca debe in en perjuicio de seguir una dieta sana y variada, rica en fruta y verdura y de incorporar en nuestro día a día unos hábitos saludables.
Mi madre tiene 73 años, sufre de estreñimiento hace varios años, dura hasta 10 días sin evacuar y ha tomado muchos productos a base de fibra para evacuar y no ha sido posible su mejoría. Manejan algún producto que pueda ayudarle sin afectar su salud, ella está diagnosticada cómo una paciente con insuficiencia renal crónica, y tensión alta. Que producto me recomendarían, quedó atento, gracias
Hola Fredy,
Dada lo delicado de la situación de su madre, le recomendamos consulte con su médico antes de utilizar un producto.
En nuestra línea de probióticos existe un producto con fibra y probióticos, Bilacteel, que se utiliza para mejorar el estreñimiento pero debe consultarlo con su médico.
Gracias por ponerse en contacto con nosotros.