Se puede asegurar que todos, absolutamente todos, hemos experimentado picor o prurito alguna vez a lo largo de la vida. Lo de picores por todo el cuerpo es ya otro cantar. El irresistible deseo de rascarse que, efectivamente busca el alivio, puede dar lugar a la aparición de lesiones en la piel en forma de simples arañazos que, dependiendo de la intensidad, pueden evolucionar a heridas profundas e incluso úlceras crónicas.
Tampoco es necesario ponerse tremendista, aunque las consecuencias están ahí, así que en este artículo vamos a analizar las causas.
¡Cómo me pica!
El picor es una sensación desagradable y molesta en la piel. Es un síntoma exclusivamente cutáneo que surge ante diferentes estímulos y que lleva a una reacción, una necesidad mecánica como es la del rascado.
El prurito se podría considerar como una forma leve de dolor, cuando aparece en zonas de la piel con elevado umbral del dolor. En esos casos, un estímulo doloroso puede manifestarse como hormigueo o picor.
Suele ser intermitente, aunque, en algunos casos, puede mantenerse en el tiempo comprometiendo la calidad de vida. Eso sí, puede aparecer en cualquier momento del día.
Se considera agudo cuando la causa es conocida y dura desde unos segundos hasta cuatro o seis días como mucho y crónico cuando se prolonga desde semanas hasta meses y la causa no está muy clara.
Me rasco porque me pica
Picor y rascado están íntimamente relacionados. Si con el rascado se consigue aliviar el picor, es evidente que vamos a tener una sensación inicial muy agradable pero que, en ocasiones, no dura demasiado tiempo, volviendo a reaparecer.
El proceso de rascado aumenta el picor, dando lugar a un círculo vicioso que, si no se consigue frenar, seguro que acabará provocando un daño en la piel.
La sensación de picor no es igual para todos, la intensidad es variable en función de la persona que lo padece y, en función de la intensidad y duración, pudiendo llegar a provocar alteraciones como dificultades para conciliar el sueño, irritabilidad y/o angustia que afectan a las actividades diarias.
De ahí la importancia de conocer su origen. En la mayoría de los casos, suele aparecer debido a enfermedades cutáneas como alergias, picaduras de insectos, eccemas… Sin embargo, hay veces en las que la piel está intacta y la causa del picor puede deberse a otras patologías.
¿Por qué me pica?
Los nervios y neurorreceptores desempeñan un papel importante en la inducción del picor.
Tanto el dolor como el prurito comparten algunos mecanismos neurofisiológicos. De hecho, tanto uno como otro son el resultado de la excitación de las terminaciones nerviosas de la piel que enviarán un mensaje al sistema nervioso central para que ejecute una respuesta.
Por otro lado, actúan de forma indirecta ya que se liberan sustancias que provocarán las reacciones a nivel local como la histamina, péptidos vasoactivos, prostaglandinas, etc.
La sensación de picor es trasmitida por los mismos nervios por los que viajan los estímulos dolorosos, desde la piel a la médula espinal.
La respuesta mecánica al picor es el rascado que también tiene origen espinal. Tras el rascado, el alivio puede durar unos 20 minutos, pasados los cuales puede volver la sensación de picor.
El motivo por el cual el rascado alivia el picor parece ser que se debe a que el picor genera unos impulsos sensoriales que “desconecta” ese circuito espinal creado.
¿A qué se deben mis picores por todo el cuerpo?
Las causas por las que aparece el picor son muy variadas y dependerán de muchas circunstancias. En términos generales, los motivos más habituales pueden ser:
¡Es que tengo la piel muy sensible!
El signo más lógico que acompaña a muchas enfermedades de la piel, sin duda, es el prurito. La dermatitis atópica, psoriasis, sarna, hongos, picaduras de insectos tienen como carta de presentación el picor, el cual suele ir acompañado de enrojecimiento, inflamación y xerosis o sequedad.
¡Menos mal que ya está cicatrizando la herida!
Aparece durante el proceso de curación de heridas y úlceras o cuando ya están cicatrizadas. En estos casos, el picor se puede considerar como una forma atenuada de dolor, ya que el dolor inicial por el traumatismo se transforma en picor a medida que se recupera la lesión.
¡Necesito huir de la ciudad!
El calor excesivo, el tejido de las prendas que están en contacto con la piel, la contaminación, jabones o detergentes, cremas, desodorantes o alergias alimentarias o de otro tipo pueden ser factores desencadenantes de un picor generalizado.
El contacto con el agua ya sea en forma de ducha, en la piscina o en el mar, también puede provocar, en algunas personas, un picor intenso que se manifiesta al poco tiempo de haber estado sumergido. El motivo se desconoce.
¿Has ido ya al médico?
Algunas enfermedades son susceptibles de provocar picor como en la insuficiencia renal, diabetes, alteraciones hematológicas, enfermedades hepáticas, falta de hierro, problemas hormonales, insuficiencia venosa crónica y algunos tipos de linfomas y leucemias.
Me estoy haciendo mayor
Las personas mayores suelen manifestar picores generalizados debidos a factores como la sequedad de la piel, la vasoconstricción periférica y otras alteraciones vasculares, dificultades para la absorción de la vitamina A, alteraciones endocrinas y cambios en el sistema inmune que son inherentes al paso del tiempo.
Voy a leer el prospecto de lo que me ha recetado el médico
Vitaminas del grupo B, antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), los tratamientos hormonales, estatinas, antihipertensivos como los IECA, tratamientos para reducir los niveles de ácido úrico, la lista de medicamentos que tienen como efecto secundario el picor es extensa y, lo peor, es que los tratamientos suelen ser de larga duración.
Crema hidratante y emoliente para el cuidado diario de pieles secas, sensibles y con tendencia atópica
La sequedad de tu piel
¡Menuda carga de trabajo!
Motivos físicos como un daño o irritación de algún nervio o por “desórdenes” del sistema nervioso central pueden ir acompañados de prurito.
El estrés, angustia, ansiedad, depresión son situaciones que pueden provocar un picor cuya intensidad va a depender del estado emocional.
Independientemente, de conocer la causa que provoca un picor de forma generalizada para recurrir a la mejor opción de tratamiento, la adopción de medidas higiénico dietéticas encaminadas al cuidado de la piel, es fundamental.
Aplicar diariamente cremas emolientes, sobre todo, si tu piel es muy seca, sensible o con tendencia atópica, tratar las lesiones que provoquen picor con cremas con ectoina y libres de corticoides y cuidar la piel desde dentro tomando probióticos específicos es señal que te preocupas, a conciencia, por el mayor órgano de tu cuerpo.
¡Piel sana in corpore sano!
BIBLIOGRAFIA
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S176128961841446X
