Nuestro sistema inmunitario es un sistema de defensa muy complejo que actúa a todos los niveles del organismo. Un estilo de vida y una alimentación saludables, conforme a las recomendaciones de su médico, para favorecer la función del sistema inmunitario, pueden incluir los siguientes elementos:
- Alimentos saludables como frutas frescas, verduras, yogures naturales
- Actividad física: caminar a un ritmo rápido, nadar, hacer jogging
- Reducir el estrés para ayudar a fortalecer el cuerpo y el sistema inmunitario de forma global
Nuestro sistema inmunitario necesita apoyo, especialmente durante las estaciones frías en las que los resfriados y la gripe son más frecuentes.
Microbiota sana: función protectora
Entre las acciones vinculadas a la microbiota intestinal se encuentra la puesta a punto de la funcionalidad de los linfocitos y otras estructuras inmunitarias a nivel local y general.
Una microbiota sana y equilibrada nos ayudará a mejorar la absorción de nutrientes así como contribuirá al buen funcionamiento del organismo. Dicha microbiota reside en la mucosa intestinal y se estima que alrededor del 70% de las defensas de nuestro organismo dependen del estado del intestino, ya que la integridad y la correcta funcionalidad del mismo son vitales al estar en contacto con muchos agentes potencialmente patógenos que provienen del exterior.
Restaurar la microbiota intestinal disminuye las molestias digestivas, mejora la absorción de los alimentos, refuerza el sistema inmune y puede ayudar a reducir alergias alimentarias, y además puede ser útil en la obesidad y otros trastornos metabólicos.
Beneficios de los probióticos: refuerzo del sistema inmunológico
Existen distintos estudios que evidencian el efecto positivo del uso de probióticos sobre la salud digestiva y extradigestiva en niños y adultos, especialmente en relación con la inmunidad y la inflamación. Y es que los probióticos pueden ayudar a restaurar y mantener el equilibrio de la microbiota beneficiosa. Existen determinadas situaciones, como son la toma de antibióticos, estrés, molestias digestivas, etc…, que pueden beneficiarse de la toma de probióticos.