¡Vaya nochecita que he pasado! ¡No he pegado ojo! Llevo unos días con mucha carga de trabajo y, por mucho que intento cerrar la jornada laboral en la oficina, siempre me llevo algo a casa y ¡claro! me noto el cuello contraído todo el día y, en la cama, no encuentro una postura cómoda.
Necesito aliviar la tensión muscular. Sé que en cuanto termine el proyecto que tengo entre manos, vendrán días más relajados… O no, porque a la puerta llamarán nuevos proyectos que habrá que hacer frente con diligencia.
El término tensión muscular se refiere a la rigidez de uno o más músculos provocada por una contracción excesiva y continua, que se prolonga en el tiempo, y con falta de relajación.
Esta tensión causa rigidez en la zona, limitación del movimiento, calambres y dolor en la región afectado llegando, incluso, a manifestarse pequeñas protuberancias que son fácilmente detectables al tacto.
Esta tensión puede suceder en cualquier músculo, aunque suele desarrollarse, principalmente en el cuello, el trapecio, la región lumbar y las piernas.
Es cierto que no se puede considerar como una patología propiamente dicha, aunque puede implicar dificultades a la hora de realizar las actividades diarias, bien sea en el deporte o en el trabajo.
En función de la persona y el grado de sobrecarga, los síntomas pueden ser de mayor o menor intensidad. Además, en ocasiones, ciertas patologías o hábitos pueden influir aumentando las molestias.
Causas de la tensión muscular
La rigidez muscular puede ser motivada por amplias y variadas causas:
Estrés excesivo
Todos sabemos que los periodos de sobrecarga nerviosa no solamente afectan a nivel mental, sino que también tienen efectos sobre el organismo. Ya sea el estrés laboral, situaciones familiares no deseadas o enfermedades, entre otros motivos, los que pueden llevar a una tensión muscular.
¿Un ejemplo de la relación entre el estrés mental y la respuesta física en forma de tensión muscular? Cuando una vez que ha pasado una situación complicada y comenzamos a estar más relajados, sentimos que nuestra cara ha estado tensa durante todo ese periodo sin ser conscientes de que estábamos con el ceño fruncido o apretando la mandíbula más de la cuenta.
Infecciones y otras enfermedades
El tétanos es una infección bacteriana grave que afecta a todo el sistema nervioso llegando a provocar una contracción muscular excesiva. Este es un ejemplo, aunque raro, de que la inflamación causada por una infección puede provocar tensión y rigidez excesivas en regiones musculares.
Pero no es el único ejemplo, la diabetes, trastornos que afectan al sistema nervioso o enfermedades autoinmunes, son ejemplos de enfermedades sistémicas que pueden causar una inflamación generalizada en todo el cuerpo afectando a los músculos. La tensión muscular que generan es crónica y, generalmente, difícil de aliviar.
Alimentación
Una dieta variada y equilibrada es uno de los pilares fundamentales para mantener la salud. En el caso que nos ocupamos, una alimentación pobre en micronutrientes como el potasio o el magnesio y vitamina B6, o una hidratación escasa, puede llevar a la fatiga muscular y a la aparición de esa rigidez y tensión.
Posturas inadecuadas
Todos tenemos la sensación de que la práctica de ejercicio es la única causa que puede provocar lesiones y tensiones musculares, pero el sedentarismo también puede tener la culpa.
Los vuelos de larga distancia, trabajos de oficina que obligan a estar sentados delante de un ordenador durante horas o permanecer sentados o tumbados en el sofá viendo en la tele una serie tras otra o una mala higiene del sueño, son ejemplos de situaciones en las que, si no adoptamos una buena postura, también puede provocar rigidez muscular.
Ciertos medicamentos
En mayor o menor medida, los medicamentos presentan efectos secundarios. Algunos, como las estatinas, prescritas de una manera abundante, pueden provocar tensión muscular como efecto adverso, es decir, las conocidas mialgias. Habrá que tenerlo presente, si aparecen, para tomar las medidas oportunas por parte del médico.
Lesión local
Una fractura, un hematoma o la inflamación producida por un golpe o lesión sería la forma más directa de sufrir rigidez y tensión muscular en la zona afectada. Evidentemente, de inicio, el dolor puede enmascarar esa rigidez, pero, habrá que observar la contusión los días posteriores porque, si esa tensión muscular permanece, puede que se trate de un problema latente que habrá que tratar.
Sobreejercicio
Una de las principales causas de la tensión muscular es el sobre ejercicio que puede agotar el músculo más de la cuenta. Si a esto se une la ausencia de un calentamiento y estiramiento adecuados es evidente que no tardará en aparecer la rigidez y tensión muscular.
Como aliviar la tensión muscular: consejos y ejercicios
La tensión muscular no es patrimonio de una determinada edad o género. Se trata de un problema que puede afectar a cualquier persona.
La tensión muscular se puede evitar si se logra eliminar las causas que la provocan. Si se sabe cuál es el origen de esa tensión, la forma de actuar será más fácil para aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida.
Presta atención a estos consejos:
Aprende a relajarte
Existen infinidad de técnicas de relajación que te pueden ayudar a alcanzar una relajación física y psíquica que contribuirá a la distensión muscular.
Cambia de postura
Es el caso de personas que permanecen de pie o sentados durante muchas horas, seguramente, por motivos de trabajo. En esas circunstancias, es muy importante cambiar de postura cada cierto tiempo, realizando además ejercicios de estiramiento, que ayuden a evitar posibles contracturas.
Evita el sedentarismo
Como decía antes, si uno de los pilares fundamentales de la salud es la dieta variada y equilibrada, otro no menos importante es la actividad física moderada. Hemos nacido o, mejor dicho, nuestro cuerpo está preparado para estar activo, en movimiento. El sedentarismo es muy mal compañero.
Masajes
Un masaje es también una opción muy interesante para ayudar a aliviar la tensión muscular. Eso sí, por mucho que pensemos que somos los mejores haciendo masajes, debe ser realizado por un fisioterapeuta que conoce perfectamente la técnica y la presión que debe realizar para evitar, precisamente lo contrario, alguna lesión más grave.
No cabe duda de que, si el masaje se realiza con geles de venta en farmacia a base de plantas como árnica, hamamelis, plantago, caléndula y camomila, entre otras, los resultados serán mucho mejores.
El descanso del guerrero
Tras un día intenso, es fundamental preparar nuestro cuerpo para el día siguiente y no hay mejor manera que una ducha con agua tibia, aplicar compresas en la zona muscular tensionada y procurar un descanso reparador…otro de los pilares fundamentales de una buena salud.
Ejercicios de estiramiento
Los ejercicios de calentamiento y estiramiento son importantes para relajar la musculatura. No se trata de algo exclusivo de los deportistas. Cualquiera de nosotros podemos realizar estiramientos, cada cierto tiempo, para relajar la musculatura y así evitar lesiones o tensiones musculares.
Medicamentos
Es el último consejo y, si es posible, al que no se debería llegar, si se ponen en práctica el resto de los consejos. Pero, en determinadas circunstancias, es inevitable recurrir a ellos, siempre bajo prescripción facultativa.
No obstante, en las oficinas de farmacia te pueden recomendar opciones naturales muy eficaces que pueden complementar a los consejos descritos para ese alivio muscular.
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