Ansiedad y depresión son dos conceptos que, en algunas ocasiones o por diversas circunstancias, pueden confundirse y generar dudas en quien lo padece. ¿Es lo mismo ansiedad que depresión? ¿Qué factores pueden influir? ¿la edad o el sexo es un factor determinante? ¿Se pueden modificar algunos hábitos para evitarlo? Vamos a intentar encontrar respuesta a estas y otras preguntas.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una reacción emocional natural ante estímulos o situaciones en las que percibimos que algo amenaza nuestra integridad.
Desempeña un papel protector para nosotros ya que se considera como un mecanismo de vigilancia del organismo que nos ayuda a percibir posibles peligros.
Por tanto, sentir ansiedad de modo ocasional es una parte normal de la vida. Sin embargo, hay personas que, con frecuencia, tienen preocupaciones y miedos intensos acerca de situaciones diarias y que se prolongan en el tiempo. Se trata de personas que sufren trastornos de ansiedad.
Estos sentimientos de ansiedad pueden llegar a interferir con las actividades diarias, siendo difíciles de controlar y de magnitud desproporcionada en comparación con el “peligro real”.
¿Qué me puede llevar a un trastorno de ansiedad?
Lo que sí está claro es que hay una serie de factores que pueden aumentar el riesgo de padecer un trastorno de ansiedad:
- Ha fallecido el tío Carlos
Aquellos que padecieron o presenciaron algún evento traumático tienen mayor riesgo de manifestar un trastorno de ansiedad en algún momento de sus vidas.
- Me han diagnosticado diabetes y, ¿ahora qué?
Una enfermedad grave o un problema de salud puede ser la causa de una gran preocupación por el tipo de tratamiento o por el futuro.
- Tengo que sacar tiempo para los preparativos de la boda
La preparación de un evento importante o la suma de situaciones que generen estrés, aunque sean muy pequeñas, pueden provocar ansiedad excesiva.
- ¡Yo soy así!
Hay personas que, por su carácter o personalidad, tienen mayor tendencia a sufrir trastornos de ansiedad que otras.
- Mi padre era muy nervioso
El perfil genético o factor hereditario también puede ser un factor de riesgo.
- Tengo que dejarlo
Evidentemente, no solo el consumo, sino el uso indebido o la abstinencia por consumo de estupefacientes o alcohol pueden provocar o empeorar un trastorno de ansiedad.
- Otros trastornos mentales
La depresión y otros trastornos mentales pueden desembocar en trastornos de ansiedad.
¿Qué es la depresión?
La depresión es un problema de salud mental, un trastorno emocional que causa un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades. Afecta a los sentimientos, los pensamientos y el comportamiento de una persona y, puede causar una variedad de problemas físicos y emocionales.
No se trata de una simple tristeza pasajera o debilidad.
¿Qué me puede llevar a la depresión?
En términos generales, la depresión suele comenzar en la adolescencia, aunque puede aparecer en cualquier momento de la vida. Esta enfermedad es diagnosticada más en mujeres que en hombres, pero puede deberse más a que las primeras suelen buscar tratamiento.
Existen factores que pueden coincidir con los de la ansiedad y que pueden aumentar el riesgo de que la depresión se desencadene como una personalidad con tendencia al pesimismo, de baja autoestima, con demasiada dependencia de los demás y con un marcado carácter autocrítico.
Por otro lado, situaciones traumáticas, factores hereditarios, medicamentos y el abuso de drogas o problemas de identidad sexual pueden llevar también a estados depresivos.
Dime cómo te sientes y te diré lo que padeces
El trastorno de ansiedad y la depresión son similares en sus principales síntomas relacionados con el estado de ánimo y los sentimientos, pero sí hay ciertas diferencias en cuanto a los síntomas físicos:
Depresión
- Bajo estado de ánimo
- Pérdida de interés en las actividades diarias
- Sentimientos de culpa
- Sentimientos de desesperación
- Falta de confianza en uno mismo
- Tendencia al suicidio
- Falta de apetito
- Movimientos ralentizados
Ansiedad
- Exceso de ansiedad propiamente dicha
- Exceso de preocupaciones
- Cambios constantes de carácter
- Sensación de estar con los “nervios de punta” a todas horas
- Dolor de cabeza
- Sudoración
- Sensación de ahogo y aceleración del pulso
- Problemas intestinales
Síntomas comunes a la ansiedad y la depresión
- Fatiga o cansancio
- Falta de concentración
- Dificultad para conciliar el sueño
¿Puedo padecer ansiedad y depresión al mismo tiempo?
Es bastante común que la mitad de las personas que sufren trastornos de ansiedad puedan padecer depresión y es, en esos casos, en los que suelen ser más duraderos los procesos y se puede complicar el tratamiento.
También cabe la posibilidad de ser diagnosticado de ansiedad y realmente padecer depresión o viceversa. En este último caso, el número de personas con depresión y que también experimentan ansiedad puede llegar al 85% de los casos.
De hecho, muchos especialistas consideran el trastorno ansioso-depresivo como una “nueva enfermedad” de la actualidad que afecta a la calidad de vida.
Algunas medidas higiénico-dietéticas que pueden ayudar
Parece muy repetitivo, pero encontrar el equilibrio físico y mental pasa por tener una base sólida en la que se apoyan una serie de pilares básicos:
- Dime lo que comes y te diré qué piensas
Mantener una dieta variada y equilibrada es muy importante para mejorar las capacidades no solo físicas sino también cognitivas, lo que puede ayudar a aliviar los síntomas de ciertas enfermedades mentales. En el aporte correcto diario de ácidos grasos Omega-3, antioxidantes y triptófano (aminoácido precursor de la serotonina y la melatonina) puede estar la clave.
- Practica ejercicio regular al aire libre
Sin duda, la práctica de actividad física contribuye a mejorar nuestro estado de ánimo y la autoestima.
La combinación del ejercicio aeróbico y de fuerza ha demostrado beneficios para la salud mental.
Una actividad de intensidad moderada durante 30-60 minutos entre 3 y 5 veces por semana pueden ser suficiente.
El descanso nocturno, clave de un día feliz
La falta de calidad del sueño nocturno de manera prolongada puede provocar importantes problemas psicológicos que pueden alterar nuestra labor a nivel laboral, académica o social.
Los complementos alimenticios a base de triptófano, fosfatidilserina, minerales y vitaminas del grupo B junto con cepas probióticas que favorecen la conexión eje intestino-cerebro pueden echarte una mano.
Consulta con tu médico o farmacéutico.
Keep calm!
BIBLIOGRAFIA
https://scielo.isciii.es/pdf/ami/v24n5/editorial.pdf
