Espasmos musculares por una mala circulación

Un espasmo muscular es una contracción repentina e involuntaria de un músculo o grupo de músculos, que resulta de alteraciones de tipo inflamatorio del músculo esquelético. Coloquialmente se les conoce también como calambre muscular o tirón. La sensación de dolor que producen puede ser leve o intensa, y puede llegar a durar varios minutos.

Los calambres musculares se caracterizan porque impiden la relajación muscular en ese momento pues el músculo está rígido y tenso.

Esto hace que durante un breve periodo de tiempo no se pueda utilizar el músculo afectado, incluso que continúe dolorido por algún tiempo después.

No revisten gravedad y no suelen dejar secuelas, pero sin duda pueden empeorar mucho la calidad de vida de las personas que los padecen, sobre todo si se manifiestan con frecuencia.

La mayoría de los espasmos musculares se manifiestan en los músculos de los miembros inferiores, como en la parte posterior de la pierna y muslo, aunque también pueden producirse en otras zonas de cuerpo como manos y brazos.

Espasmos musculares por una mala circulación: dolor muscular - HeelEspaña

Los calambres suelen aparecer tras realizar un esfuerzo físico intenso, pero también pueden producirse en reposo. El momento más habitual suele ser la noche, tras haber estado activo todo el día, exigiendo a los músculos trabajar. Es en ese momento, en frío y cuando nos hemos relajado cuando se producen más a menudo los calambres musculares y las contracturas.

Los calambres musculares generalmente desaparecen por sí solos o simplemente siguiendo unas acciones sencillas de cuidado personal que abordaremos más adelante, y es raro que precisen atención médica debido a su carácter por lo general leve, aunque molesto en el momento en el que se sufren. Sin embargo, es conveniente consultar a un médico en las siguientes situaciones:

  • Si la molestia que causan los calambres es intensa.
  • Los calambres están acompañados de hinchazón, enrojecimiento o cambios en la piel de las piernas.
  • Están acompañados de debilidad muscular.
  • Su frecuencia va en aumento o si aparecen de forma constante y recurrente, en especial durante la noche.
  • No mejoran tras establecer unas pautas de cuidado personal.
  • Su aparición no está relacionada con una causa evidente, como, por ejemplo, un aumento en la intensidad de la actividad física.

Causas por las que pueden aparecer espasmos musculares

El uso excesivo de un músculo o grupo muscular, la deshidratación, la tensión muscular o el mero hecho de mantener una determinada posición corporal por un período prolongado pueden causar un calambre muscular.

Si bien la mayoría de los calambres musculares son inofensivos, algunos pueden estar relacionados con enfermedades no diagnosticadas o situaciones, tales como:

Deficiencia de minerales

Es muy común entre las personas que presentan calambres, que presenten un déficit de magnesio. También es muy frecuente la aparición de calambres si se produce una bajada en la concentración de electrolitos por un desequilibrio de potasio, calcio y sodio.

Deshidratación

Los espasmos musculares son más frecuentes en lugares de clima cálido o durante los meses estivales. Ante las elevadas temperaturas, la pérdida de fluidos es mayor debido a la transpiración, y si no se reponen de forma adecuada los líquidos que pierde nuestro organismo con un consumo adecuado de agua (entorno a los 2 litros diarios), pueden aparecer los calambres.

Sobrecarga física

El exceso de actividad física puede producir calambres en las piernas en horas posteriores a su realización.

Los planes de entrenamiento tienen que ser adaptados a la capacidad física de cada individuo para evitar llegar a esa sobrecarga muscular e incluir en la rutina deportiva ejercicios de calentamiento y estiramiento para rebajar esa fatiga muscular.

Espasmos musculares por una mala circulación: sobre carga ejercicios - HeelEspaña

Afecciones pueden aumentar el riesgo de aparición de espasmos musculares

  • Lesiones en los nervios.
  • Efectos secundarios de algunos medicamentos.
  • Alteraciones metabólicas como diabetes, hipotiroidismo e hipoglicemia.
  • Enfermedades neurológicas como la enfermedad de Parkinson

Mala circulación sanguínea

Muchas son las causas de una mala circulación venosa, pero la mayoría suelen provocar una serie de síntomas en las extremidades inferiores, probablemente porque suelen ser las más afectadas por los efectos de la gravedad.

Una de las principales enfermedades que cursan con esta mala circulación sanguínea es la insuficiencia venosa, que es una afección en donde las válvulas de las venas fallan y no se produce de forma adecuada el retorno de la sangre al corazón, impidiendo que la misma fluya con normalidad y finalmente quede acumulada en los vasos y tejidos.

Los síntomas más comunes de un flujo sanguíneo con problemas pueden ser:

  • Dolor, sensación de hormigueo, pesadez en las piernas, que se aumentan en reposo y con el calor, y disminuyen al elevar las piernas y con el frío.
  • Hinchazón principalmente tras estar mucho tiempo de pie.
  • Sensación de calor, sequedad y comezón en la piel.
  • Arañas vasculares, son dilataciones de los capilares a nivel superficial, como líneas violáceas con aspecto de telaraña. Son antiestéticas pero indoloras e inofensivas.
  • Varices, son dilataciones y alargamientos de las venas superficiales, que se producen cuando la insuficiencia venosa se prolonga en el tiempo.
  • Cambios en el color y la textura de la piel producidas por la mala circulación, como dermatitis, eccemas, hiperpigmentaciones, etc.
  • Calambres nocturnos o ‘síndrome de las piernas inquietas’, que pueden dificultar la conciliación del sueño. A lo largo de la jornada los músculos dependen de una buena circulación sanguínea para recibir el oxígeno que necesitan para un correcto funcionamiento. Si los vasos sanguíneos no consiguen transportarlo, las células musculares no procesan de forma óptima sus impulsos y, producto de esto, se puede producir la contracción excesiva e involuntaria, es decir el espasmo muscular.

Espasmos musculares por una mala circulación: pasos hacer masaje drenante piernas - HeelEspaña

Es necesario revisar qué está provocando la mala circulación y, basado en esto, darle un tratamiento y seguir una serie de medidas y una serie de hábitos saludables con los que prevenirla:

  • Eleva las piernas: utiliza un reposapiés si trabajas sentado A la hora de dormir, eleva tus piernas con una almohada o un cojín.
  • Evita las fuentes de calor directas (depilación con cera caliente, baños calientes, saunas, exposición prolongada al sol).
  • Es aconsejable caminar o realizar ejercicio físico para favorecer la circulación.
  • Utiliza medias de compresión para favorecer el retorno venoso.
  • Duchas de agua fría en las piernas
  • Ropa cómoda: evita las prendas muy ajustadas que opriman cintura y piernas.
  • Presta atención al calzado, lo ideal es un tacón de 3-4 cm.
  • Realiza masajes desde el pie hacia el muslo para favorecer la circulación. Para realizar este masaje puedes utilizar cremas que debido a su composición ayudan a mejoran la circulación de las piernas. Entre sus ingredientes podemos encontrar extractos de plantas con propiedades venotónicas que reducen la sensación de cansancio y pesadez en las piernas. Algunas de las plantas más utilizadas son la vid roja, el castaño de indias, el rusco o la centella asiática.

Cómo actuar si aparece un espasmo muscular

Como norma general, los calambres musculares se resuelven por sí mismos pasados unos minutos sin precisar tratamiento. Pero si aparece un calambre y va acompañado de dolor y queremos ayudar a su remisión, se puede poner en práctica los siguientes consejos para ayudar a aliviar los síntomas:

  • Lo primero, suspender la actividad que pueda estar causando el calambre en ese momento.
  • Aplicar un suave masaje al músculo donde se ha producido el calambre.
  • Estirar suavemente el músculo para disminuir la tensión muscular.
  • Se puede aplicar calor para favorecer la relajación muscular y estimular la circulación sanguínea.
  • La aplicación de frío o crioterapia mejora el dolor y el espasmo muscular.

Referencia: www.elsevier.es/es-revista-farmacia-profesional-3-articulo-relajantes-musculares-revision-13126019

Lda. Eva del Álamo Romo
Licenciada en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid. Tras mi licenciatura, cursé el Master Propio en Farmacia Industrial y Galénica en la Universidad Complutense de Madrid. A día de hoy trabajo en Laboratorios Heel España, S.A.U. como Responsable de Farmacovigilancia suplente.
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