El enamoramiento está asociado a procesos bioquímicos que ocurren en nuestro cerebro y que nos provocan ciertos “síntomas” pero no todos se mantienen en el tiempo y otros van evolucionando.
¿Quién no ha sentido mariposas en el estómago, se ha puesto nervioso al hablar o ha notado cierta pérdida de apetito?
Quien más, quien menos se habrá enamorado alguna vez en su vida y estas sensaciones son habituales.
Estado de ánimo y pérdida de apetito
Las emociones, tanto positivas como negativas, siempre han sido necesarias, ya que permiten adaptarnos a las diferentes circunstancias de la vida diaria.
Estas pueden ser positivas, como la alegría o el amor, o negativas, como el miedo o la ansiedad.
Cuando estas emociones son muy intensas o se prolongan en el tiempo pueden afectar a nuestra salud y hacer que, incluso, podamos perder el apetito.
Hay que tener claro que la alimentación es una función necesaria y fundamental para la vida. Cuando estamos enamorados es probable que sintamos una pérdida de apetito.
Pero no deberíamos preocuparnos porque esta alteración de nuestra conducta alimentaria es algo leve e intrascendente que no es más que una reacción química que, con el tiempo, va disminuyendo.
Etapas del amor y relación con la pérdida de apetito
Por simplificar un poco lo que nos sucede cuando nos enamoramos, vamos a hablar de etapas del amor.
En un primer momento, el amor comienza o surge como una atracción física en la que participan la testosterona, los estrógenos y las feromonas.
En una segunda etapa es donde el enamoramiento nos puede provocar diferentes síntomas:
- Dificultad para conciliar el sueño
- La pérdida de apetito
- Sudor en las manos
- O las mariposas en el estómago
Podemos echarle la culpa de todos estos sentimientos, principalmente, a la dopamina, la serotonina, la feniletilamina y la norepinefrina.
La última etapa es la del apego. Ya sentimos la calma y estabilidad con la persona amada. La locura apasionada del amor decae para aumentar la sensación de apego. Esta etapa está muy influenciada por la oxitocina y la vasopresina.
Dopamina, serotonina y oxitocina
Estos neurotransmisores y hormonas tienen un papel fundamental en las emociones y, por supuesto, tienen mucho que ver en el enamoramiento.
Diferentes estudios han revelado que un individuo enamorado tiene niveles elevados de dopamina en el cerebro. Es el neurotransmisor implicado en la sensación de enamoramiento.
Esta es la razón por la que las personas enamoradas siempre están atentas, deseosas y centradas en la persona amada. Nos genera una sensación de emoción, satisfacción y bienestar.
Otro neurotransmisor involucrado en los procesos de enamoramiento es la serotonina que se genera en el sistema nervioso central.
La serotonina es conocida como la hormona de la felicidad. De hecho, cuando hay una deficiencia de serotonina se ven afectados el buen humor y el sueño.
La serotonina actúa sobre las emociones y el estado de ánimo. Es la responsable del bienestar, genera optimismo, buen humor y sociabilidad y es conocida por representar un papel importante en la inhibición de la ira y la agresión.
Por último, tenemos la oxitocina que está directamente relacionada con el deseo y el placer, pero incide en el apego. Es decir, comienza un amor apacible, de calma, paz, seguridad y unión, que se siente a menudo hacia una pareja duradera. Todo esto es posible gracias a las concentraciones de vasopresina y de oxitocina.
¿Podemos estar mucho tiempo sin comer?
Hemos visto que en las primeras fases del enamoramiento podemos sentir pérdida de apetito. Pero es una fase pasajera.
Por ello, el perder el apetito durante un tiempo no debe alarmarnos, pero sí que es importante alimentarnos mejor.
La alimentación es suficiente, completa y equilibrada cuando cubre, en idóneas cantidades y proporciones, las necesidades nutritivas y calóricas requeridas por el organismo en las distintas etapas de la vida.
Dichos nutrientes, sobre todo, deberán provenir de alimentos frescos, poco procesados o sin procesar y principalmente vegetales, evitando los alimentos de baja calidad nutricional y las bebidas alcohólicas.
A pesar de que existen muchas propuestas saludables, una de las más conocidas en nuestro entorno es la dieta mediterránea. Está basada en el consumo mayoritario de frutas frescas y hortalizas de temporada, legumbres, frutos secos, cereales integrales (arroz, pasta, pan, etc.) y tubérculos como patata, aceite de oliva virgen y, en menor cantidad y frecuencia, lácteos, pescado y huevos, seguidos de carnes (preferentemente blancas y magras). En la alimentación mediterránea el agua es la bebida principal y la más saludable.
Ideas para mejorar el apetito
La pérdida de apetito es cuando disminuyen las ganas de comer, pero hemos comentado que con el enamoramiento nos puede suceder.
Pero, aunque el apetito se recupera, es cierto que podemos llevar a cabo una serie de medidas para aumentar el apetito:
- Realiza actividad física, hace que aumenten nuestras ganas de comer. Caminar, subir escaleras o montar en bicicleta son ejercicios recomendables.
- Queda a comer con amigos en un sitio que te apetezca y sea agradable.
- Come algo cada 2 o 4 horas. Hacerlo en pequeñas cantidades de forma frecuente es beneficioso.
- Si notas que estás perdiendo algo de peso, come alimentos con un contenido alto de calorías como los frutos secos.
Referencias
https://bibliotecas.unileon.es/tULEctura/files/2019/02/bioquimica_amor_vilma_pinzon_fajardo.pdf
https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/quimica-amor-cerebro_17838
https://psicologiaymente.com/neurociencias/quimica-del-amor-droga-potente
